De acuerdo a como lo reportaron los medios internacionales y nacionales, la tormenta tropical Otis se transformó durante la tarde y noche del martes 24 y las primeras horas del miercoles 25 de octubre en un huracán categoría 5.
En ese momento la potencia de su fuerza, desencadeno el infierno sobre el puerto de Acapulco, en la costa de Guerrero.
Lo que vivieron los guerrerenses, esa noche, fue un escenario de pesadilla que azotó una de las costas turísticas más importantes del continente.
El huracán tocó tierra, aproximadamente a la 1 de la madrugada, con vientos sostenidos de 265 kilómetros por hora. Las comunicaciones con el puerto se cortaron casi por completo, así como la electricidad y el agua potable. Todos sabemos la importancia de Acapulco como destino turistico, con más de 852 mil habitantes.
El huracan dejó caer, en unas horas, casi 30 centimetros de agua en los estados de Guerrero, Oaxaca y Colima. Esto contribuyó a provocar deslaves en la zona circundante a Acapulco. Recordemos que Acapulco esta rodeado de colinas y barrancos habitados.
El puerto está debastado sin alimentos, electricidad, combustible y agua. Con la mayoría de las casas habitación destruidas, así como los hoteles y todas las instalaciones comerciales y bancarias.
El aeropuerto se ha rehabilitado para formar un puente aereo que lleve los materiales y alimentos urgentes que se necesitan. Las carreteras estan cortadas en muchos tramos y se han improvisado pasos para accesar el puerto por esa via.
Hasta aquí los hechos.
Lo que siguió al huracán fue dantesco, casi como una opera buffa. Que si no lo hubieramos visto no lo pordriamos creer. Fue, sigue siendo, tan grotesco que ralla en una burla.
López Obrador imparte la orden de no permitir que nadie entregue ayudas en Acapulco, excepto el ejercito, “su ejercito”, y los grupos que le son afines como los brigadistas de la secretaria del bienestar.
A pesar de esto la Cruz Roja y otras organizaciones han roto el cerco y han llegado hasta los damnificados con la ayuda.
Se estiman mas de un millon de personas afectadas en el puerto y otras 400 mil de otros municipios cercanos.
El daño es muy grande y la respuesta del gobierno llega en cuentagotas. Recordemos que desapareció el Fondo de Desastres Naturales (Fonden). Un instrumento financiero mediante el cual dentro del Sistema Nacional de Protección Civil, a través de las Reglas de Operación del propio Fondo y de los procedimientos derivados de las mismas, integra un proceso respetuoso de las competencias, responsabilidades y necesidades. Pero ya no existe.
Lo más dramático es que esta desgracia nos arroja en el rostro la verdadera cara de nuestra patria. La Suave Patria de Ramón López Velarde no existe más. Se la robaron toda. Ahora tenemos un pueblo miserable, como nuestros gobernantes.
Las escenas del saqueo a comercios grandes y pequeños, cajeros automáticos, hoteles, condominios, casas habitación lo mismo que residencias, es algo inaudito.
No podemos excusar esto diciendo que buscaban alimentos o agua para sus familias, porque no se van a comer una pantalla plana. Tampoco es excusa para robar en los cajeros automáticcos. No hay donde comprar nada porque todo está destruido y sin embargo, los cajeros fueron arrancados de su base para extraer el dinero.
Lo que pasó es un robo y sucedió ante las autoridades, en este caso el ejercito. Robar es tomar lo que no te pertenece, sin importar de quien sea. Y aquel que roba solo se le puede ver como un hombre sin principios, sin valores y sin respeto a la ley
Esto solo se explica con la miseria mental en la que vivimos los mexicanos. Durante los graves temblores que hemos sufrido en el país la poblacion se unió para rescatar vidas y para alimentar al que carecia, fue una muestra de fervor por el prójimo.
Pero esto, lo que paso en Acapulco, solo muestra el alma miserable que habita en estas personas.
Recorde la noche del apagon en Nueva York, Estados Unidos, en el año 1977, cuando corrian como desaforados los “correctos” americanos vandalizando comercios y destruyendo todo a su paso. Mostrando la miseria que vive en ellos.
Sin embargo, esa noche fueron detenidas mas de 2 mil personas y sometidas a juicio. En el proceso resultaron heridos mas de 75 agentes de la ley. En acapulco no fue detenido nadie.
Es lo más bajo que tenemos los seres humanos. Pero a tal pueblo corresponde tal gobierno. El autoritarismo de López Obrador solo muestra lo miserable que él es.
¿Dónde esta la redención de México?
En sus políticos no. En los empresarios tampoco, han mostrado el mismo desden por la humanidad y su adoración por el borrego de oro. Son contados los empresarios que tienen una verdadera vocación de servir. En las universidades tampoco, se venden al mejor postor. En los jóvenes, no hay otro lugar a donde voltear. Note, por favor, que no menciono a la religion.
En cada uno de nosotros está la redención. En no perder la fe en el ser humano ni en nuestra capacidad de reponernos ante cualquier desgracia.
No perdamos la esperanza, ni la fe, hasta la próxima.
El autor es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM.