Rosa Nelly Trevinyo

Rosa Nelly Trevinyo: ¿Grandes?... Empresarios

Existen 5 antivalores que cuando se mezclan en un joven-adulto, lo vuelven un hijo tóxico y un empresario wannabe.

Vivir de prisa, sin responsabilidades y obteniendo “el objetivo” a cualquier precio, se ha puesto de moda. Cada vez son más las familias empresarias que se están enfrentando a hij@s adultos con escaso juicio moral, mayor deseo de poder, menor empatía y notable desapego emocional.

Por eso, hoy en día no es difícil encontrarse con miembros de siguiente generación que se sienten “Juan Camaney” [todo lo pueden, todo lo saben, todo les sale bien]. Claro está decir que, cuando a los 25 años queremos trabajar al mismo ritmo que si tuviéramos 70; gastar como si el patrimonio lo hubiéramos amasado nosotros; y ostentar roles y espacios que no nos corresponden, algo va mal… MUY mal.

A lo largo de los últimos veinte años, he tenido el privilegio de formar y asesorar a incontables hijos e hijas de empresarios familiares, y en este proceso, descubrí que existen 5 antivalores que cuando se mezclan en un joven-adulto, lo vuelven un hijo tóxico… y un empresario wannabe. Estos 5 antivalores son:

1. ENVIDIA [ESTATUS]: Este antivalor se demuestra cuando nuestro hijo se compara continuamente con los demás, y exige tener lo que no puede ($) o lo que no se ha ganado. Es un tema de “estatus” frente a amigos y familiares.

2. EGOÍSMO [NARCISISMO]: Nuestro hijo muestra falta de gratitud y se centra en lo que le interesa y beneficia a él (ella), sin atender a las necesidades de los demás— especialmente de los padres. El egocéntrico impone su punto de vista sin pensar en los otros; el narcisista manipula y se vale de las emociones para ejercer control sobre los otros (chantaje).

3. ARROGANCIA [CINISMO]: Nuestro hijo exhibe falta de humildad—no reconoce errores; se cree merecedor a mayores privilegios que los demás; menosprecia la experiencia y opinión de los otros. La arrogancia se convierte en cinismo cuando con obscenidad descarada y falta de vergüenza el miembro de siguiente generación defiende o justifica sus propias malas acciones—las cuales son, por donde se mire, condenables e imprudentes.

4. IRRESPETO [DESPRECIO]: Se refiere a la falta de consideración y valoración que el hij@ tiene Cor sus padres y/o por los otros (e.g. colaboradores de empresa). El irrespeto, o la falta de respeto, causa conflicto, desapego emocional y físico. Además, es un antivalor que impulsa la explotación, el abuso y la transgresión de límites personales, familiares y empresariales (cruza la línea y no acepta normas, ni castigos).

5. INDIFERENCIA [DESAMOR]: La indiferencia es el antivalor de la empatía; y se refiere a mostrar falta de afecto y desinterés por el bienestar físico, emocional y patrimonial de los demás—incluso cuando estas otras personas son nuestros padres, familiares o amigos.

Es muy fácil “ser empresario” con dinero ajeno. Especialmente con dinero de papá o mamá. No obstante, para mantener unida a la familia y hacer trascender la empresa se necesita más que un buen apellido, una buena infraestructura y una buena chequera… Se requiere amor, convicción y disciplina para trabajar; talento para crear; humildad para aprender y reconocer; visión para dejarse ayudar y voluntad para cambiar.

En conclusión: Si tu hij@ exhibe alguno de estos antivalores, trabaja arduamente con él (ella), pide ayuda e intenta “matizar” su comportamiento (establecer límites) … No obstante, si los exhibe todos ¡Cuidado! No dejes en sus manos el poder y la autoridad, porque acabará con tu patrimonio.

¿Así o más claro?

Contacto: rosanelly@trevinyorodriguez.com

Dra. Rosa Nelly  Trevinyo

Dra. Rosa Nelly Trevinyo-Rodríguez

Socia de Trevinyo-Rodríguez & Asociados, Fundadora del Centro de Empresas Familiares del TEC de Monterrey y Miembro del Consejo de Empresas Familiares en el sector Médico, Turismo, Agroalimentario y de Retail.

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