Monterrey

Francisco J. Orozco: Rutas y Retos del 2022

2022 será un año de retos, que estará marcado en un inicio por la evolución de la variante ómicron pero a su vez también por la capacidad que tengamos de adaptación.

Amigas y amigos lectores, antes de iniciar, les deseo un grandioso 2022. Que todos los objetivos personales y profesionales se cumplan, que sea un año donde prevalezca la salud y se consoliden muchas de las cosas que realizamos el año pasado. Empecemos un año más con ideas y proyectos renovados. Como siempre el agradecimiento total por leer este breve espacio. Lo mejor de lo mejor.

Iniciamos un año más en búsqueda de la bola de cristal que nos permita conocer los que nos espera. Lo único que me animo decir directamente en este espacio es que si algo hemos aprendido en un poco más de año y medio es que la incertidumbre es una nueva constante, aunque esto también ya suena trillado.

2022 será un año de retos, que estará marcado en un inicio por la evolución de la variante ómicron pero a su vez también por la capacidad que tengamos de adaptación para no poner freno de mano de nueva cuenta a la recuperación comercial y económica, creo que hemos aprendido mucho y no podemos tirar lo que se ha hecho. Lo importante de lo anterior es la ruta que nos trazaremos ante el escenario inflacionario al cual se enfrentan muchos países. En el caso de México, diferentes analistas estiman que el cierre de 2021 será en niveles de 7.3%. Esperemos que esto sea temporal y se vayan acomodando las cosas en la primera parte del 2022. Estos desajustes entre la oferta y la demanda se irán “equilibrando” donde lo más importante será garantizar la cadena de suministro y estabilizar los precios de los energéticos. Urge pero urge que los países tomen en serio las energías verdes.

2021 fue el año de adaptación y evolución por parte de las empresas. En tiempos de dificultad, tanto compañías como personas buscan ser más eficientes, ser mejores en la operación y, en un sentido financieramente darwiniano, poco a poco ir mejorando en sus indicadores de desempeño. En el terreno de las inversiones, esto ha sido importantísimo si comparamos el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores donde el punto más bajo se tocó justamente al inicio de este año para dar paso a un rendimiento arriba del 55%. Algunas estimaciones ubican a finales del 2022 al IPC en 58,000 puntos. De que habrá subidas y bajadas, claro, como siempre, debemos observar las oportunidades pero sobre todo creer en la solidez de los números.

Hablando de inversiones, estas fueron tendencia el año pasado. Las casas de bolsa que operan en nuestro país registraron un record histórico en la cantidad de cuentas o clientes. El número de cuentas para invertir en el mercado de capitales en México alcanzó más de 2 millones 400 mil, tres veces más de lo que se tenía en el 2020. Aunque hay que ser honestos en este sentido, el Sistema Internacional de Cotizaciones representó el 54% de todo lo operado en la BMV. Alta recomendación en invertir en ETFs (el instrumento de moda también el año pasado) que tengan que ver en la carrera de la biotecnología y la salud como lo pudiera ser el IBB, en energías verdes como lo pudiera ser TAN y sin duda grandes oportunidades en las que inviertan en tecnología ante la llegada del metaverso.

No puedo pasar por alto uno de los últimos mensajes por parte del Gobierno y del Banco de México en el que se anuncia que Banxico tendrá su propia moneda digital hacia el 2024, su propia CBDC (Central Bank Digital Currency) con la idea principal de realizar transacciones mucho más ágiles, así como realizar pagos y transferencias de forma inmediata eliminando ciertos intermediario y por ende algunos costos. No hay que tomar esta noticia a la ligera y veamos cómo se irá desarrollando durante el año.

Despido estos párrafos con la idea de un artículo que me compartió mi colega profesor Rodrigo Fenton, por parte de Andreas Kluth, “En este 2022, seamos más positivos y menos negativos”. Con y por todo lo que hemos pasado ya casi en estos dos últimos años tuvimos los elementos para ser parte de la negatividad, la gran tarea que tenemos ahora es eliminar ese sesgo catastrófico con toques de optimismo que, si bien no podemos echar confeti al aire, es momento de crear nuevas rutas que nos ayuden hacer frente a los retos que vienen en este año. Un fuerte abrazo.

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