Arabia Saudita se propone vender un 5 por ciento de Saudi Aramco en una salida a Bolsa el año próximo, y las Bolsas, desde el Reino Unido hasta Japón, compiten por una oferte pública de venta inicial (OPI) que podría ser la más rica del mundo.
El príncipe de la corona saudí, Mohammed bin Salman, decidirá pronto dónde vender las acciones de la compañía después de que funcionarios gubernamentales escucharan una presentación relativa al proceso de cotización la semana pasada, según personas al tanto del tema.
El reino tiene previsto cotizar en la Bolsa saudí en Riad y elegir al menos una bolsa para vender acciones fuera del país. Esa elección enfrenta a los principales centros financieros mundiales, Londres y Nueva York, por una venta que podría valorar al mayor exportador de petróleo en 2 mil millones de dólares.
A continuación presentamos un resumen de algunos pros y contras para Saudi Arabian Oil, como se conoce formalmente a la empresa, a la hora de elegir cotizar en Londres, Nueva York, Hong Kong, Tokio, Singapur o Toronto, las seis principales bolsas rivales que se disputan el premio.
LONDRES
Londres mejoró sus posibilidades cuando los reguladores que supervisan la Bolsa de Londres propusieron el mes pasado modificaciones normativas que facilitarían a los gobiernos cotizar sus entidades financiadas por el Estado, según personas con conocimiento del tema, que pidieron no ser identificadas porque las discusiones son confidenciales.
Gracias a estos cambios, las acciones de Aramco podrían negociarse en el segmento premium de la Bolsa de Londres, con acceso a una reserva más amplia de inversores que la cotización estándar.
Las propuestas también eliminarían un requisito de que las empresas coticen como mínimo un 25 por ciento de sus acciones para tener derecho al segmento premium.
Es una gran concesión para los sauditas, quienes han dicho que proyectan vender aproximadamente 5 por ciento de la empresa.
NUEVA YORK
El atractivo de Nueva York para los saudíes como centro financiero de la economía más grande del mundo se ve potenciado por la relación que ha cultivado el príncipe Mohammed con el presidente estadounidense Donald Trump.
Aramco ha sido uno de los tres mayores proveedores de crudo para Estados Unidos en las cuatro últimas décadas. La compañía también es propietaria de la mayor refinería estadounidense, una planta en Port Arthur, Texas, a través de Motiva Enterprises, su subsidiaria totalmente propia.
Un riesgo para la cotización de Aramco en Nueva York es una ley estadounidense que permite a las víctimas de terrorismo demandar a gobiernos extranjeros vinculados con ataques.
Quince de los 19 secuestradores que llevaron a cabo los ataques del 11 de Septiembre de 2001 en los Estados Unidos eran ciudadanos saudíes, y los funcionarios estadounidenses han dado escasas certezas de que Aramco no sería blanco de demandas, según las personas al tanto de la situación.
HONG KONG
Aramco vende dos tercios de su petróleo a Asia, siendo China uno de sus mayores compradores. La compañía tiene una empresa conjunta de refino en Fujian, China, y está en negociaciones para crear dos plantas más en el país.
Funcionarios saudíes y chinos acordaron analizar posibles acuerdos en energía e infraestructura por 65 mil millones de dólares cuando el rey Salman visitó China en marzo.
Esta participación estrecha podría actuar a favor de una cotización en Hong Kong, que alberga la mayor bolsa en China que acepta OPI de empresas con sede en otros países.
TOKIO Y SINGAPUR
Las Bolsas de ambas ciudades asiáticas realizaron promociones enérgicas ante las autoridades saudíes para llevarse la cotización, pese a que ni Japón ni Singapur consumen tanto petróleo crudo como China.
TORONTO
La bolsa de Toronto se cuenta también entre las candidatas más pequeñas para la salida a Bolsa, pero la entidad canadiense ha destacado el gran número de empresas de materias primas que cotizan allí.
Las acciones de energía y materiales representan unos dos tercios del índice TSX Venture y un tercio del S&P/TSX Composite Index.