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Tecuanes: Así es la ‘legendaria’ pelea por el agua en la montaña de Guerrero (Fotorreportaje)

En Chilapa de Álvarez, habitantes realizan el ritual Atzatzilistli para pedir que la temporada de lluvias sea benévola con sus cultivos.

La pelea por el agua no es nueva. Al menos no en la parte baja de la montaña de Guerrero, donde los llamados Tecuanes se enfrentan a golpes y ofrecen su fuerza a los dioses para pedir agua de lluvia y ayude a sus cosechas.

Cada año se lleva a cabo el ritual llamado Atzatzilistli, que significa petición de lluvia, en la comunidad de Acatlán, perteneciente al municipio de Chilapa de Alvarez.

La tradición indica que los habitantes de Acatlán, conocidos como Tecuanes o Tlacololeros, deben caminar más de dos horas por un camino pedregoso, empinado y de difícil acceso para llegar al punto más alto del cerro.

Pero eso no es todo, los Tecuanes deben ir vestidos de amarillo y con máscaras de aspecto felino para simular la cabeza y el cuerpo de un jaguar.

Una vez en la cima, se enfrentarán a golpes y simularán el sonido de truenos y rayos, para pedir que llueva.

De acuerdo con José Luis Matías, comisario de la comunidad de Acatlán, es importante que esta tradición se conozca en todo el país.


Kotlataltin, el baño de sangre que ayuda a atraer la lluvia

El ritual comienza antes de que despunten los primeros rayos del sol de cada 3 de mayo.

A primera hora, los Tecuanes inician su andar hacia la cima del cerro, cargados con velas y mucha fe de que la temporada de lluvias será benéfica para sus cultivos.

Durante su trayecto, las personas que participan en este ritual colocan velas en las cruces o altares que están a lo largo de la vereda.

Al llegar al claro llamado cruzco, los Tecuanes comienzan a adornar las cuatro cruces ahí instaladas, que representan los puntos cardinales.

Además, matan a las gallinas que se cocinarán en un caldo a base de chile rojo y en tamales para alimentar a toda la comunidad.

Una vez que se cumplen todos los protocolos, los Tecuanes inician con el principal atractivo del legendario ritual: el combate.

De acuerdo con la tradición, los participantes se deben liar a golpes para pedir lluvias. Entre más peleas, la súplica será mejor.

De la mano de los combates, el mezcal, los festejos y la alegría ‘inundan’ el ambiente. El ritual se ha cumplido. Falta que los dioses hagan su parte, permitan la lluvia y sean benevolentes con los cultivos.

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