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¿Cuánto costaba una colaboración con Mariana Rodríguez Cantú en sus inicios como influencer?

Cuando Mariana Rodríguez Cantú comenzó a ser creadora de contenido, su pareja Samuel García no estuvo de acuerdo e incluso terminaron.

“¿Quieren ver mis tenis? Fosfo, fosfo”: la emblemática frase que en 2020 volvió viral a la influencer Mariana Rodríguez Cantú llegó cuando ella ya era una creadora de contenido consolidada y pareja del político Samuel García, quien en un inicio terminó con ella cuando comenzó a dedicarse a hacer videos.

Su actividad en redes sociales se ha considerado una pieza fundamental en la carrera de Samuel García, incluso en 2021 Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), acusó a Mariana de violar la ley electoral al promover la campaña de su esposo.

En ese entonces, Córdova mencionó en una entrevista con Carlos Loret de Mola: “Como persona física, ella podía haber participado como cualquier persona en las actividades de promoción de su esposo, pero no ofreciéndole o cediéndole los bienes para los cuales ella participa. Ella es una influencer y cobra por ser influencer”. Pero, ¿qué tanto?

¿Cómo se volvió influencer Mariana Rodríguez?

Mariana tiene 28 años, es licenciada en psicología organizacional por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, en 2017 abrió su canal de YouTube, el cual sumó fama por sus rutinas de maquillaje y forjó una comunidad apodada ‘chabacanos’.

Para 2018, la influencer lanzó su marca de cosméticos llamada Mar Cosmetics; en 2021, cuando Samuel García se convirtió en gobernador de Nuevo León, Mariana obtuvo un cargo honorífico en AMAR a Nuevo León.

En una entrevista en el canal de YouTube La Chávez, Mariana relata que su historia como creadora de contenido comenzó en 2016, primero en Snapchat e Instagram (donde hoy tiene 3.5 millones de seguidores).


“Yo ya tenía mis seguidores en Instagram que había juntado... creo que 11 mil o 9 mil”, explica la influencer, “en ese entonces también modelaba, eran las fotos que subía. En Snapchat empecé a hablar poquito, pero sin mi cara, cuando empiezan las stories en Instagram era algo nuevo, empecé a hablar, le tomaba fotos a mi maquillaje, al resultado”.

Así, las personas comenzaron a preguntarle por los productos que utilizaba y decidió empezar a optimizar tiempos: “De contestarle a 40 a subir una historia, mejor subo una historia y resuelvo 40 preguntas”.

Por ello, Mariana subió su primer tutorial de maquillaje de lo que compraba, aunque lo que le preocupaba era lo que le dirían sus personas cercanas: “¡Qué oso! Pero me valía lo que decían mis seguidores, ¿qué dice la gente que me rodea?, ¿qué me van a decir?”.

Ante la buena respuesta, empezó a recomendar más de los productos que usaba, incluso Samuel y su familia se mostraban molestos con sus actividades, pero ella siguió: “Yo tenía un resultado, para mí era tangible. Yo veía que subían mis seguidores”.

Las primeras colaboraciones pagadas de Mariana Rodríguez

Para ese momento, en 2016, nadie patrocinaba a Mariana, pero pronto la buscó una marca: “Anuncié que me iba a ir a Vallarta, me contactaron dos o tres marcas que me querían mandar productos para llevarme, un masajeador de pies, trajes de baño, lentes de sol”.

Sin embargo, esos productos implicaban para ella pagar otra maleta y peso extra: “si les estoy haciendo publicidad y les estoy beneficiando, ya les puedo cobrar. Empecé a cobrar 500 pesos por publicidad, hice mi cotización en Power Point”, relató en dicha entrevista.

Mariana detalla que comenzó con precios por promocionar marcas como una storie en 250 pesos, cuatro stories por 500 pesos, un post en 750 pesos, “yo empecé inventando, fue a prueba y error, vamos a cobrar a ver si funciona. Muchas marcas me contactaban y dije ‘aquí hay futuro’”.

Samuel me corta cuando empecé con las redes sociales”, explica Mariana, “le dije ‘¿sabes qué? Yo no le estoy haciendo daño a nadie y me está funcionando’. Yo sabía que iba a regresar”.

Un año después, Mariana se volvió viral por una storie de Instagram donde explicaba que había superado muchos obstáculos, como perder su chancla en la playa, lo cual hizo que subiera aproximadamente cien mil seguidores.

Para el 27 de marzo de 2020, Mariana y Samuel se casaron, ese año sucedió el episodio del “fosfo, fosfo”, que incluso es marca registrada ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI).

Con el aumento de su popularidad, varias cifras se han difundido sobre el precio de una colaboración pagada de Mariana, por ejemplo, el 20 de julio de 2021, cuando Samuel ya había ganado las elecciones a gobernador de Nuevo León, explicó en Twitter que le querían imponer una multa por el apoyo de su esposa en redes:

“Hace unas horas me enteré de que la Unidad de Fiscalización del INE me quiere poner una multa de 55 millones de pesos. Cuando me llegó la noticia no entendí la razón: ganamos a la buena, sin trampas, apegados a la ley y por casi 9 puntos”.

En esa publicación se adjuntaba un documento del INE donde se explicaba el equivalente al apoyo en redes de Mariana era “aportación prohibida en especie” de una “persona física con actividad empresarial”:

  • 45 fotografías en el Instagram de Mariana que hacían alusión a la campaña de Samuel: 1,800,000 pesos. Es decir, alrededor de 40 mil pesos por cada foto.
  • Mil 300 historias fijadas: 26,000,000 pesos, equivalentes a 20 mil pesos por cada una.

Mariana respondió en Instagram: “Me vuelve a parecer muy ofensivo que quieran ponerme a mí un precio y además usar el éxito de mis redes, de mi trabajo para obstaculizar mi libertad de expresión y, como se los dije en campaña y se los vuelvo a repetir, yo no soy ninguna cosa a la que le pueden poner un precio”.

Otras cifras no oficiales han circulado y van de 8 mil a casi 30 mil pesos, por ejemplo, se ha dicho que una historia de Mariana en Instagram tiene un valor de 8 mil 500 pesos, paquetes de 20 mil pesos, una publicación en su perfil por 25 mil pesos o una visita local en 28 mil.

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