Empresas

Empresa de León apuesta al calzado artesanal




Perla Oropeza
 


CIUDAD DE MÉXICO.- Como buen leonés, Claudio López se acercó desde niño a los secretos de la fabricación del calzado. La pasión por los zapatos le viene de herencia. Su abuelo le abrió las puertas al oficio y su padre lo ha acompañado en el desarrollo de una empresa única en su tipo: Atelier Amareto.
 
 
Durante mucho tiempo, la habilidad para construir zapatos fue sólo un pasatiempo que compartía con su padre, don Gustavo, pero hace 2 años, cuando se conjuntaron las señales, decidieron lanzarse "al ruedo de los negocios".
 
 
En entrevista con EL FINANCIERO Bajío, Claudio López platica: "A mí me despidieron de mi antiguo empleo, un call center, yo tenía algunos ahorros y decidí apostarle todo al zapato. Afortunadamente, hemos tenido un excelente recibimiento, porque a la gente le gusta mucho lo que hacemos.
 
 
"Uno de los ideales que tenemos mi papá y yo es reivindicar el oficio del zapatero, porque cuando una persona piensa en zapatero piensa en obrero, en fábricas, gente trabajando en lugares desorganizados. Creemos que los zapateros pueden ser verdaderos artistas, verdaderos artesanos y eso tratamos de transmitir con nuestro trabajo."
 
 
Explica que el desarrollo de la empresa les llevó un año y medio. "Trabajamos para alcanzar el nivel que nosotros buscábamos; trajimos muchas herramientas e insumos de Europa, porque la meca del zapato artesanal está allá.
 
 
"Sin embargo, el producto que nosotros hacemos es muy exclusivo y también por eso tuvimos que pensar mucho cómo comercializarlo, porque no se puede producir en grandes cantidades; es un mercado muy difícil y no teníamos los recursos para abrir una tienda.
 
 
"De ahí que fuera de gran importancia el apoyo recibido por la incubadora de negocios Proempleo, así como diversos apoyos del gobierno del estado de Guanajuato y el Ayuntamiento de León."
 
 
Claudio López comenta que las técnicas de producción que tiene Atelier Amareto se dejaron de usar en León hace 80 o 90 años. De hecho, no hay ninguna empresa en León y quizá tampoco en México ni América Latina que se dedique al zapato artesanal de la forma en que lo hace este taller, cumpliendo con el estricto estándar europeo.
 


Zapato de autor
 


"Nosotros ofrecemos lo que se conoce como zapato de autor, todos son piezas únicas, no repetimos modelos. En el taller sólo trabajamos mi papá y yo, con el apoyo de un modelista que nos ayuda de medio tiempo. Una de las características del zapato de autor es que el proceso lo deben llevar máximo 2 personas.
 
 
"Podemos producir entre 10 y 12 pares de zapatos al mes. El proceso es muy lento y no es solamente la parte manual, la parte de trabajo, es también la parte creativa. Los pintamos a mano, hacemos colores exclusivos para el cliente. Hay diferentes formas de cómo se puede aplicar la tinta o las cremas y te dan diferentes efectos; pintamos los hilos, pintamos las suelas, es un grado de detalle muy alto, e incluso las cajas se personalizan.
 
 
"Cuando un cliente viene y quiere que le hagamos un par de zapatos, le medimos cada uno de sus pies porque nadie tiene dos pies iguales; les hacemos una horma para cada uno de sus pies y comienza un proceso de cinco a seis semanas desde la primera entrevista hasta la entrega. Somos como unos sastres, pero de zapatos.
 
 
"El diseño es la parte que más tiempo toma. De las seis semanas, las primeras tres son el desarrollo de la idea del concepto, de la forma. Yo trabajo por medio de citas, voy y visito al cliente personalmente la primera vez y le llevamos fotos, propuestas."
 
 
Es un mercado difícil de conectar, admite, "pero creo que tenemos un producto sumamente atractivo. Además, para los clientes es toda una experiencia, no sólo es un par de zapatos. Nosotros tenemos una cartera fuerte en la ciudad de México, tenemos algunos clientes en Monterrey, en California y Chicago, en Estados Unidos; Bélgica y una persona en Canadá que está interesada en nuestros zapatos."
 
 
Con sólo 32 años, Claudio López está cargado de proyectos; uno es poder compartir el legado de Atelier Amareto. "El abuelo nos enseñó no sólo el diseño, sino el amor por hacer zapatos. Aquí en León mucha gente tiene pasado zapatero y queremos entrenar a personas para que sigan todo el proceso y creen sus propios zapatos."
 
 
Otra de sus metas, dice, es ir a Europa y "mostrar lo que estamos haciendo los artesanos mexicanos".
 
 
Con información de El Financiero Bajío
 

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