Alfa, el conglomerado mexicano que en otra época tuvo ambiciones de convertirse en un gigante de la energía, puso fin a la mayoría de sus actividades petroleras después que el desplome de los precios hiciera difícil generar ganancias.
La compañía, que había invertido en yacimientos en Texas y Perú a través de su división Newpek, dijo el martes que planea deshacerse de los activos porque no está en condiciones de seguir invirtiendo. "Nos llevó un tiempo ver que la industria petrolera había cambiado en todo el mundo", dijo el director financiero de la empresa, Ramón Leal, durante una conferencia telefónica con periodistas realizada el martes para dar a conocer los resultados del cuarto trimestre. "Los precios mejoraron, pero no lo suficiente como para que nuestras inversiones sean fructíferas".
Aunque el crudo ha vuelto a superar los 50 dólares por barril en los últimos meses, estos precios aún están muy lejos de los de la primera parte de la década, cuando se mantuvieron constantemente por encima de los 80 dólares y a veces subieron por sobre los 100 dólares.
Alfa, cuyos otros negocios incluyen alimentos procesados, autopartes, productos petroquímicos y telecomunicaciones, informó que registró una pérdida neta de 41 millones de dólares en el cuarto trimestre, debido a una disminución de las ventas y al impacto relacionado con la depreciación del peso mexicano. Las desinversiones básicamente pondrán fin al plan de la compañía de "convertirse en verdaderos petroleros", como dijeron los directivos en una ocasión. La oferta de la compañía para reestructurar Pacific Exploration & Production fue rechazada el año pasado.
El interés de Alfa en la energía data de 2006, cuando la empresa se asoció con Pioneer Natural Resources para invertir en gas natural en Texas. La inversión en yacimientos de shale fue ideada como una protección que necesita el gas natural de las otras unidades de Alfa.
Inversores y analistas esperaban mayor claridad respecto de los planes energéticos de Alfa, ya que la inexistencia de una clara fuente de crecimiento dejaba a la compañía en una situación vulnerable. "La empresa se encuentra en una sólida posición financiera", dijo Leal. "Pero pensamos que es inteligente fortalecerla en estos tiempos de incertidumbre".
Las acciones de Alfa, firma con sede en San Pedro Garza García, Monterrey, cayeron 16 por ciento el año pasado, en comparación con el aumento del 12 por ciento que experimentó el índice de referencia IPC. La deuda neta aumentó 22 por ciento el año pasado, a 5 mil 840 millones de dólares, o 2.5 veces las utilidades, según la compañía.
Alfa mantendrá sus inversiones en energía en Colorado, Oklahoma y Kansas, pero no las desarrollará por el momento, dijo Leal. Si surge alguna pequeña y atractiva oportunidad en el sector de la energía de México, la empresa podría considerar participar, dijo. Si bien muchas firmas mexicanas han tenido que reevaluar sus estrategias tras la elección de Donald Trump, las decisiones de Alfa de desprenderse de algunos activos no estuvieron relacionadas con las políticas del presidente de Estados Unidos, señaló Leal.