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Marina ‘aterriza’ en el AICM; se hará cargo de la seguridad del aeropuerto

Por 70 años, el aeropuerto estuvo bajo el mandato de la SICT y fue de los pocos que no fue concesionado a la IP

Cerca perimetral electrificada, sistema anti-drones, aumento de elementos navales y civiles para reforzar la seguridad serán las principales característica con las que la Marina acondicionará las instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), en su toma de control.

Para el vicealmirante Carlos Velázquez Tiscareño, será como una especie de fortaleza militar.

“Cuando uno sabe que una institución pasará a formar parte de una unidad castrense como lo es la Marina, lo único que uno debe pensar es que esa instalación deberá ser inviolable, como una fortaleza militar, así va a ser, y a eso dedicaremos nuestro esfuerzo de manera inmediata”, indica el director del AICM tras la formalización del decreto presidencial que da el control total del principal aeropuerto del país a elementos navales.

La Marina ‘desembarcó’ en dicho aeropuerto hace 20 meses, cuando mil 500 elementos activos de esa dependencia iniciaron tareas de seguridad, por orden del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Después de algunos meses, el propio mandatario propuso que los elementos navales controlen la administración y operación del AICM, para luego diseñar un mando único que ahora está sectorizado a la dependencia castrense.

Durante 70 años el aeropuerto de la Ciudad de México (AICM) estuvo bajo las órdenes de la ahora Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) y fue una de las terminales aéreas del país que no fue concesionada a la iniciativa privada, por lo que el gobierno tuvo que crear una empresa del Estado para administrarlo.


No obstante, ahora será el secretario de la Marina, José Rafael Ojeda Durán, quien tenga bajo su mando al aeropuerto y será, de quien el director general del AICM reciba órdenes directas.

“Voy a obedecer al secretario de Marina”, agrega Velázquez Tiscareño quien, además, es amigo personal del secretario, pues fue él mismo quien lo recomendó con el presidente para hacerse cargo del puerto aéreo más importante de América Latina.

Para implementar el plan de seguridad, el aeropuerto tiene un presupuesto estimado en los 3 mil millones de pesos: la mitad de los recursos están ya estipulados en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación del año siguiente, que iniciará su discusión en el Congreso esta semana; los mil 500 millones de pesos restantes, no estarán etiquetados, pero fueron una promesa del presidente al vicealmirante Velázquez debido a la complicada estructura financiera que tiene el AICM.

“En lo que el gobierno decide cómo tratar este tema tan complejo del TUA me asignó mil 500 millones de pesos más”, refiere el director del aeropuerto quien en junio pasado dijo a este diario que la Marina no se haría cargo del puerto aéreo si, sobre éste, aún pesaba la deuda de los bonos del aeropuerto cancelado en Texcoco.

En ese momento, el director del AICM, Velázquez Tiscareño decía que el gobierno iba a pagar lo que se debía para liberar de esa carga al aeropuerto de forma que, cuando la Marina entrase, ya no tendría deudas de ASSA ni de TUA.

“Nos van a liberar, ¿quién va a querer un negocio que debe? No es negocio así”, dijo entonces el vicealmirante.

El reforzamiento en la seguridad del aeropuerto está cimentado en una serie de ilícitos que han ocurrido durante décadas en las instalaciones, pero que buscan ser mitigadas por la Marina: el robo de maletas, las condiciones de migración ilegal, lavado de dinero, trasiego de droga, cancelaciones y demora de vuelos.

El director del AICM asegura que en los 20 meses durante los cuales, los navales se han encargado del aeropuerto, los ilícitos se han controlado, pero un par de eventos pusieron en evidencia que aún se tenían puntos flacos en la seguridad del puerto aéreo: la intromisión de un joven en el tren de aterrizaje de una aeronave de Volaris, además del asesinato de un ciudadano indio que fue interceptado después de haber acudido a un centro cambiario dentro del aeropuerto.

Como parte de las acciones de seguridad, la Marina reducirá el número de estos centros en las terminales del puerto aéreo y los concentrará en una zona específica. Aplicará controles de vigilancia para que los trabajadores de las casas de cambio no puedan cometer ilícitos contra los pasajeros.

“Es un proyecto, pero no es fácil reordenar pues todas tienen contratos; cancelar contratos y buscar un área en dónde colocarlas en donde hay otros locales, no es fácil”, puntualiza Velázquez Tiscareño.

Para Fernando Gómez Suárez, analista del sector aéreo, el reforzamiento de la seguridad en terminales y en el área de operaciones es necesario, no sólo para garantizar que los pasajeros tengan viajes seguros, sino que para que todos los visitantes a las terminales también estén protegidos.

“Hay 50 millones de pasajeros por año, pero ese número se puede multiplicar hasta por tres si contamos a los trabajadores o a las personas que asisten al aeropuerto y no toman vuelos. La seguridad es necesaria y es positivo que haya”, dijo el analista a propósito del plan de la Marina.

No obstante, Gómez Suárez dijo que el trato con los pasajeros previsiblemente seguirá siendo de orientación civil, y los navales, colocados en puestos específicos, realizarán tareas de “inteligencia”, con acciones puntuales para reducir los ilícitos en las terminales del aeropuerto.

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