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Escasez de chips va para largo…producción mejorará en 10 años

Antes del Covid-19 costaban 7 dólares, ahora alcanzan hasta los 150 dólares.

Hasta una década podrían tardar en recuperarse los niveles de inventario de semiconductores que requieren diversas industrias como la de electrónicos, electrodomésticos y la automotriz, pues el año pasado se dejaron de producir alrededor de 9 millones de chips, mientras que para este 2022 se estima que harán falta 5 millones, advirtieron especialistas.

A esas dificultades se suma la sobredemanda global de estos componentes, así como los retrasos en la producción de algunas fábricas y el conflicto entre China y Taiwán, este último el principal productor mundial de microprocesadores.

“Las armadoras lo que están diciendo es que no hay semiconductores, sigue sin haber, no se está recuperando, están haciendo asignaciones estratégicas de estos componentes”, dijo a El Financiero, Gerardo Gómez, director general de la consultora J.D. Power.

Agregó que la industria de autos puede llegar a ocupar hasta 2 mil semiconductores por vehículo ensamblado, mientras que un aparato electrónico como consolas, celulares, laptops, entre otros pueden necesitar de 100 a 500 unidades.

“No vamos a poder recuperar ese volumen perdido sino hasta dentro de seis o siete años, ahorita se está produciendo en el mundo lo mismo que se está vendiendo. ¿Y qué pasó en los últimos dos años anteriores? Nos comimos prácticamente 7 millones de unidades de los inventarios que tenían los distribuidores”, subrayó al añadir que hacer eso tomará hasta 10 años.

El directivo comentó que esto ha ocasionado que los pocos dispositivos que están en el mercado se especulen en un ‘mercado negro’, donde antes de la pandemia un semiconductor promedio costaba siete dólares y ahora, tras la escasez, su precio ronda los 150 dólares.


Cabe recordar que la crisis de esos componentes inició con la emergencia sanitaria de COVID-19, que obligó a cerrar puertos y exportaciones, mientras que los grandes productores de estos dispositivos como Samsung de Corea del Sur; Intel de Estados Unidos o TSMC de Taiwán bajaron su ritmo de producción, en tanto que industrias como la de computadoras y celulares experimentaron una demanda agresiva de hasta 40 por ciento.

Jorge Acosta, socio de la consultora de medios Alterpraxis, dijo que, si bien ha habido una recuperación en la demanda de autos principalmente, la escasez de semiconductores seguirá por algunos años más, a pesar de las inversiones antes y después de la pandemia para atender este rezago.

“Hoy ya hay varios proyectos, la compañía taiwanesa TSMC invirtió hace un par de años en hacer una planta muy grande en Arizona y acaban de anunciar hace un par de semanas, que estaba pensada que iba a estar para finales de este año y la están moviendo para el primer semestre del 2023″, explicó.

Puntualizó que Intel también anunció la inversión más grande en la industria, por 20 mil millones de dólares en la planta más grande de semiconductores en Ohio, con lo que crearían 3 mil empleos directos, 7 mil durante la construcción “pero, seguramente tardarán entre tres y cuatro años en dar el primer chip”.

Además de la escasez de componentes y el COVID, la guerra entre Rusia y Ucrania, así como las tensiones entre Estados Unidos, China y Taiwán, han impactado las operaciones de algunas armadoras, lo que las ha obligado a modificar sus estrategias.

“Estamos siendo lo más flexibles posible y ajustamos la producción para minimizar los retrasos para nuestros clientes. Colaboramos estrechamente con los proveedores, utilizamos envíos exprés por vía aérea, optimizamos el suministro entre las plantas de la cadena de suministro mundial y lanzamos microchips o proveedores alternativos en nuestros componentes”, dijo Harald Gottsche, presidente y CEO de BMW Group Planta San Luis Potosí.

Por otro lado, de acuerdo con datos de la consultora McKinsey, el auge que han tenido los semiconductores a pesar de los cuellos de botella, aceleraron sus ventas un 20 por ciento en el 2021 al alcanzar 600 mil millones de dólares. Con estimaciones de la firma, el crecimiento anual agregado del sector podría rondar entre el 6 y 8 por ciento hasta 2030.

Esto significa que la industria global de microprocesadores podría alcanzar un valor de 1 billón de dólares al final de la década, suponiendo que exista ya un equilibrio entre la oferta y la demanda ante el escenario actual de volatilidad que enfrenta la industria. La empresa calcula además que alrededor del 70 por ciento del incremento sea impulsado principalmente por la demanda del sector automotriz, informática, almacenamiento de datos e inalámbrico.

Por lo pronto, a mediados de agosto, Hacienda y la Secretaría de Economía (SE) informaron que México está evaluando incentivos para atraer inversión privada al sector de semiconductores, aprovechando un impulso de Estados Unidos para acercar la producción de chips a casa, según la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier.

“Nosotros consideramos que debería haber en estos sectores cierto tipo de apoyos”, dijo la titular de dicha dependencia federal.

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