CIUDAD DE MÉXICO.- La conexión de inversionistas en grupos especializados en las redes sociales, permitir transacciones más complejas a través de un teléfono inteligente y proveer asesoría en estrategias de inversión, son parte de las tendencias en la banca privada que han surgido en países como Estados Unidos, Reino Unido, Suiza y que comienzan a aterrizar en México.
Las personas con alto patrimonio aman lo digital, no sólo la llamada "Generación Y", sino también aquellos individuos de más de 50 años que han depositado, por años, sus activos en bancos privados tradicionales.
El reporte sobre 'Riqueza mundial 2014' de Capgemini y Royal Bank de Canadá, encontró que la mitad de los multimillonarios actualmente utiliza canales digitales para actividades de la banca privada y dos tercios podría abandonar sus bancos si sus crecientes demandas no son alcanzadas en los próximos cinco años.
Este escenario ha hecho que los grandes bancos privados tradicionales se acerquen a firmas especializadas en tecnología para crear redes sociales especiales y otros servicios de valor para su adinerada clientela, tales como UBS y Credit Suisse.
Asimismo, en países como Reino Unido han salido a la luz firmas especializadas en servicios de administración patrimonial basadas en la plataforma digital como Nutmeg y Wealth Horizon.
La industria global de la banca privada administró activos de sus clientes por 20.3 billones de dólares en 2013, casi 10 por ciento más que el año anterior, según estimados de Scorpiopartnership.
Para la banca privada las implicaciones de la digitalización van más allá de alcanzar las demandas del cliente, señala la consultora de tecnología especializada en servicios financieros, Cognizant. Expone que herramientas sociales, móviles, de analítica y en la nube, pueden transformar el modelo de negocio de la banca privada para convertir una empresa integrada que apodere nuevas capacidades.
PASOS A SEGUIR
Enumera como imperativos clave para ser exitosos en la era digital, el crear una estrategia bancaria integral; además de planes de largo plazo que definan el alcance digital, desarrollar planes tácticos para alcanzar metas inmediatas; comprender la madurez digital y la buena disposición antes de embarcarse en un cambio; crear herramientas para empoderar a los clientes; construir un modelo de negocio que permita la flexibilidad y estrategias adaptables a precios y productos y motivar el cambio en una forma que alcance las preocupaciones de cada uno de los afectados por la digitalización.