Economía

Obama irá al Capitolio 4 veces la próxima semana, busca apoyo en crisis


Reuters
 
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, raramente viaja al Capitolio desde la Casa Blanca, pero la próxima semana hará ese recorrido varias veces en su intento de convencer al Congreso de alcanzar un acuerdo sobre el déficit.

Obama visitará a los senadores demócratas el martes y un día después se reunirá con los republicanos en la Cámara de Representantes. El jueves verá a los republicanos del Senado y luego a los demócratas de la Cámara.

El mandatario busca alcanzar un acuerdo para poner fin a dos años de luchas por el déficit, y en los últimos días ha mostrado un renovado interés por dar a conocer a los legisladores sus propuestas de gasto y reforma impositiva.

"Creo que se podría ver esto como una oportunidad para el presidente de comprometerse en una nueva forma de comunicación y un diálogo abierto y constructivo que podría contribuir a una solución", dijo a periodistas el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

"Creo que será una oportunidad constructiva para el diálogo", sostuvo.

Esta semana, Obama cenó con una decena de senadores republicanos y almorzó con Paul Ryan, líder republicano del Comité de Presupuesto de la Cámara. El presidente también llamó por teléfono a otros legisladores.

La nueva ofensiva se da después de un amargo enfrentamiento con los líderes del Congreso para evitar el llamado "abismo fiscal" y la imposibilidad de alcanzar un acuerdo para impedir 85.000 millones de dólares en recortes automáticos de gastos que entraron en vigencia el 1 de marzo.

El tema en discusión son las diferencias sobre el presupuesto estadounidense y la forma de frenar el crecimiento de la deuda federal de 16,7 billones de dólares.

Obama y sus partidarios demócratas quieren reducir la brecha fiscal con recortes de gastos e incrementos impositivos, mientras que los republicanos se oponen a elevar impuestos para hacerlo sólo con recortes.

Una encuesta de Reuters/Ipsos publicada el martes mostró que el nivel de aprobación de Obama cayó al 43%, en parte por las peleas bipartidistas en torno a los impuestos y los gastos.

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