BRUSELAS.- Las conversaciones para romper un entrampamiento entre Grecia y sus acreedores internacionales fracasaron hoy, con los líderes de Europa frustrados mientras Atenas se acerca más a una moratoria de su deuda que amenaza su permanencia en el bloque.
Los funcionarios de la Unión Europea culparon a Atenas por el fracaso en las negociaciones y recalcaron que no ofreció nada nuevo para asegurar los fondos que necesita para pagar los mil 600 millones de euros (mil 800 millones de dólares) que debe entregar al FMI para fines de mes.
Grecia respondió que seguía lista para conversar, pero que los representantes de la UE y del FMI habían dicho que no estaban autorizados a negociar más. Atenas reiteró que no va a ceder a las demandas de que recorte sueldos y jubilaciones.
La Comisión Europea dijo en un comunicado que los ministros de Finanzas de la zona euro tratarían el tema el jueves después de este "último intento" para llegar a una solución.
Ninguna de las partes pone en duda la urgencia de un acuerdo. Grecia debe pagar mil 600 millones de euros (mil 800 millones de dólares) al FMI para fines de mes o se arriesga a caer en default de su deuda.
Dado que aparentemente no es posible llegar a un acuerdo técnico, es probable que los ministros tengan que tomar decisiones políticas difíciles sobre la permanencia de Grecia en el bloque monetario.
Si se produce una salida de Grecia del bloque -o "Grexit"- tras años de negociaciones y dos rescates de emergencia por un total de 240 mil millones de euros (270 milmillones de dólares), el país quedaría en un limbo. Eso sin contar el histórico golpe al proyecto más ambicioso de la Unión Europea.
PROPUESTA INCOMPLETA
El primer ministro griego Alexis Tsipras había dicho que aceptaría compromisos de austeridad y reformas a cambio de que se aliviara la deuda de Grecia.
Pero la Comisión dijo en un comunicado que "las propuestas griegas siguen siendo incompletas".
"Aunque hubo ciertos progresos, las discusiones no tuvieron éxito porque aún persisten diferencias significativas entre los planes de las autoridades griegas y los requerimientos comunes de la Comisión, el BCE y el FMI en el orden de 0.5 a 1 puntos porcentuales del PIB, o el equivalente a hasta 2 mil millones de euros (2 mil 250 millones de dólares) en medidas fiscales en base anualizada", dijo.
Funcionarios de la UE dijeron que Atenas había acercado posiciones con los prestamistas en cuanto al tamaño del superávit primario de Grecia -el balance del presupuesto antes del pago de su deuda-, pero que no había indicado de qué modo pensaba lograrlo.
Añadieron que la delegación griega, liderada por el viceprimer ministro, Yannis Dragasakis, no había ofrecido nada nuevo.
En un comunicado, Dragasakis dijo que la delegación griega sigue dispuesta a reanudar las conversaciones, pero culpó a los acreedores europeos por insistir en reducción de pensiones y alzas en el impuesto al valor agregado para cerrar la brecha presupuestaria proyectada.
Los líderes europeos están presionando a Tsipras para que ofrezca más concesiones en un acuerdo con la UE y el FMI. Atenas podría caer en default en poco más de dos semanas.
Las fallidas negociaciones se producen tras indicios de una animosidad mayor desde los socios de Grecia en la UE. De hecho, las palabras más duras no surgieron de los críticos conservadores de Atenas, sino de Sigmar Gabriel, jefe de los socialdemócratas de Alemania, que hasta hace poco se mostrado más empático -al menos según el estándar de Berlín.
Gabriel escribió en una columna en el diario Bild que quería que Grecia siguiera dentro de la zona euro, pero que "no sólo se está agotando el tiempo, sino también la paciencia en toda Europa".