Economía

Aranceles de EU en acero y aluminio intensifican la negociación del TLCAN: fuente

Una fuente allegada a las negociaciones indicó que la firma de la Sección 232 por parte de Trump para cobrar dichos aranceles incluso fortalece algunas posturas que se tienen en las negociaciones.

La Sección 232 que pretende firmar Donald Trump para cobrar 25 por ciento de aranceles a las importaciones de acero y 10 por ciento a las aluminio, es un tema que intensifica la negociación en las mesas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), afirmó una fuente cercana a las negociaciones.

"En el caso de la negociación (la 232) no la trababa, en algunos casos inclusive la intensifica, yo diría que inclusive nos da argumentos que fortalecen las posturas que estamos trayendo a la negociación… y a qué me refiero, hemos cuestionados algunas de las posturas de Estados Unidos en materia de remedos comerciales, como bien sabes, en materia de estacionalidad", dijo la fuente que pidió no ser identificada.

"También en TLCAN existen cláusulas de seguridad nacional, y por supuesto ante la evidencia empírica que estamos viendo de la idea que trae EU de cómo utilizarlas, por supuesto que intensifica lo que se va a plantear y discutir en la negociación", aseguró.

Además señaló que la importancia del sector acerero, y hasta cierto grado el de aluminio, reside en su impacto transversal en la competitividad de diversos sectores, incluido el automotriz, por lo que resulta incongruente que por un lado los tres países trabajen para fortalecer la competitividad del sector acerero y por el otro se contemplen medidas a nivel global que no van a cumplir con los objetivos de Estados Unidos de fortalecer su seguridad nacional.

Lo que sí podría suceder, consideró es que "si se aplican de manera arbitraria y general (la 232), (podría) generar un problema en el sector automotriz, electrodoméstico, construcción, etcétera… Eso sí lo estamos platicando", afirmó.

De acuerdo con la fuente, aún es difícil saber qué efecto tendría esta medida ya que aún no ha sido impuesta y hay aspectos que se desconocen, pero aseguró que, en términos generales, el impacto no sería positivo ya que incrementaría los costos de las industrias que son usuarios del acero.

"Claramente sentimos que eso iría en detrimento del sector, esto está ligado al tema específico de valor de contenido regional", mencionó.

De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero, Estados Unidos tiene un superávit con México en los últimos dos años de 3 mil 600 millones de dólares en el sector del acero. En total, el 76 por ciento de las exportaciones de acero de Estados Unidos van hacia México y Canadá.

CAPÍTULOS A CERRAR EN SÉPTIMA RONDA

De acuerdo con la fuente, en esta séptima ronda de renegociaciones que se está llevando a cabo en la Ciudad de México, además del ya concluido capítulo de prácticas regulatorias, se estaría tratando de cerrar el anexo de químicos, entre otros.

"Estamos viendo por su puesto algunos que ya traíamos desde antes que son un poco más complejos como telecomunicaciones, comercio digital y medidas sanitarias y fitosanitarias, entonces estamos enfocando las baterías en este grupo de capítulos", mencionó.

AFECTARÁ A INDUSTRIA DE BAJA CALIFORNIA

Después de que se dieron a conocer las intenciones del presidente estadunidense, Donald Trump, para imponer aranceles del 25 por ciento al acero y 10 por ciento al aluminio, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) Tijuana, manifestó su rechazo a tales aranceles, debido a que son una medida restrictiva que afectará a la industria local.

El presidente de organismo en la ciudad fronteriza, Marcello Hinojosa Jiménez, asegura que si el presidente de la Unión Americana impone aranceles al acero nacional, México podría realizar lo propio a través de medidas similares, lo cual iniciaría una guerra comercial que golpearía a la industria.

"No estamos de acuerdo con estas medidas restrictivas en el sentido de que la tendencia mundial es la apertura de mercados y la libre competencia, pero el presidente de Estados Unidos propone todo lo contrario y podría darse una guerra comercial que no favorece a nadie".

Advierte que en el caso de comenzar una guerra comercial, los precios se dispararían para los consumidores, en especial en el sector automotriz, latas de cerveza y electrodomésticos, entre otros.

Recordó que en el año 2002 el entonces presidente norteamericano, George W. Bush, trató de hacer lo mismo y que esto no solo no regresó los empleos de este giro a Estados Unidos, sino que se redujeron y disminuyó su producto interno bruto (PIB)

En su opinión tanto el sector del acero como el del aluminio ya son obsoletos para ellos y no van a derivar en un crecimiento, pero sí una disminución en el intercambio comercial mundial debido a esas barreras arancelarias.

En ese mismo tenor, el presidente de ABC Aluminio y Vicepresidente de Canacintra, Wadih Kuri, señala que el incremento de aranceles podría aumentar también los precios del sector de manufactura, uno de los sectores más importantes en Baja California.

Sentenció que habría pérdida de la competitividad de la industria manufacturera en el estado, al bajar el índice de empleos, y el consecuente aumento de precios a los consumidores finales.

Con información de Eliud Ávalos*

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