México se mantiene como uno de los socios comerciales con menor carga arancelaria para Estados Unidos, a pesar del volumen creciente de comercio bilateral.
Según datos del rastreador del Peterson Institute for International Economics (PIIE), durante mayo de 2025 las importaciones mexicanas generaron 2 mil 010 millones de dólares en aranceles, apenas el 8.3 por ciento del total recaudado por esta vía.
Aunque la cifra puede parecer elevada en términos absolutos, México pagó menos aranceles que China —que representó el 39 por ciento de la recaudación— y tuvo una carga fiscal significativamente inferior en comparación con otras economías señaladas por la administración Trump. De hecho, las cifras del PIIE confirman que los países del T-MEC se mantienen entre los aportadores más bajos de aranceles, lo que refleja el escudo parcial que aún proporciona el acuerdo comercial regional.
En términos de tasa arancelaria efectiva, que mide los ingresos por aranceles como porcentaje del valor total de las importaciones, México registró un 4.3 por ciento en mayo. Aunque está por encima de Canadá (1.8 por ciento), sigue siendo muy inferior al 45.3 por ciento que enfrentó China en el mismo periodo, y se encuentra por debajo del promedio de otras economías no aliadas.
La razón de esta diferencia está en el marco del T-MEC, que protege buena parte del comercio intrarregional con preferencias arancelarias. El acuerdo, vigente desde julio de 2020, contempla acceso preferencial y reducción de impuestos al comercio entre los tres países.
El rastreador del PIIE evidencia que el grueso de los ingresos arancelarios estadounidenses sigue proviniendo de China. En mayo, las importaciones de productos chinos pagaron 9 mil 342 millones de dólares en aranceles, con una tasa efectiva de 45.3 por ciento, lo que representa casi cinco veces más que lo aportado por México.
Aranceles no ayudan a Trump
A pesar del discurso político que presenta a los aranceles como una fuente robusta de ingresos para el Estado, su impacto fiscal es limitado. Según el PIIE, los ingresos por aranceles acumulados de enero a mayo de 2025 apenas representan el 3.8 por ciento del déficit presupuestario proyectado para el año fiscal por la Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos, que asciende a 1.9 billones de dólares.
Es decir, aunque los aranceles han sido un instrumento retórico eficaz para Trump, en términos fiscales no son significativos para cerrar la brecha presupuestaria del gobierno estadounidense.



