El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) consideró que 2015 será un año definitivo para ver el impacto de las reformas estructurales en el crecimiento económico, la productividad y la competitividad del país.
El director general del organismo, Juan Pardinas Carpizo, estimó que las reformas estructurales aprobadas le ayudarán a México en el mediano plazo, pues cada una tiene su propio proceso de maduración, "su propio carril, velocidad y dinámica".
Hasta ahora hay una situación de "claroscuros" sobre el impacto de estas reformas en la economía en su conjunto, pues si bien algunas ya comienzan a dar resultados, en otras esto tomará más tiempo, expuso.
En entrevista, destacó que, por ejemplo, en materia de telecomunicaciones, gracias a la reforma aprobada se aprecian escenarios de nuevas inversiones y mayor oferta para los consumidores.
Con la reforma laboral, abundó, también se observan algunos datos inéditos, pues la cantidad de empleo que se genera por cada punto de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) está en una mejor posición que hace unos años.
"Entonces, tal vez la reforma laboral sí está logrando detonar mayores oportunidades de empleo, ahora hay que ver que sean de largo plazo y bien pagados, no sólo temporales y con bajo nivel salarial", subrayó.
Pardinas Carpizo indicó que en el caso de la reforma energética, ésta enfrentará retos importantes derivados de la percepción de Estado de derecho débil del país y de los bajos precios del petróleo, pues hacen que la rentabilidad de algunos proyectos no tenga la misma viabilidad que la de hace apenas dos meses.
Dijo que la reforma fiscal aprobada por el Congreso de la Unión el año pasado, en general no estaba alineada a generar incentivos a la inversión, por lo que -sugirió- habría que repensar la política fiscal y orientarla al crecimiento y a la productividad.
Sobre la posibilidad de analizar una posible baja de impuestos en 2016, como han planteado las autoridades hacendarias, planteó que primero hay que ver el comportamiento de los precios del petróleo, pues las finanzas públicas aún están muy "petrolizadas".
Si no se logran mecanismos alternativos para bajar impuestos, el gobierno tendría que recortar el gasto y al mismo tiempo mantener la sustentabilidad de las finanzas públicas, por lo cual la política fiscal debe ser realista para incentivar la productividad y mantener la salud financiera del gobierno, aseveró.
Insistió en que cada reforma tiene su propia velocidad, pero en particular en la reforma energética, en 2015 se deberán analizar los precios del petróleo, al ser un factor que determinará las condiciones de inversión en ese sector.
"Cada reforma tiene su propio proceso de maduración, vamos a ver en su conjunto cómo impactan; en ese sentido, 2015 va a ser un año definitivo", sostuvo.
Juan Pardinas opinó que el entorno internacional ofrece mejores perspectivas de crecimiento para México, toda vez que el dinamismo que presenta la economía de Estados Unidos podría acelerar la recuperación de la economía nacional.
Este entorno detonará mayores oportunidades para el mercado de exportación mexicano y si bien la actual fluctuación del tipo de cambio puede generar presiones inflacionarias, al mismo tiempo beneficia a los exportadores, lo que es una señal positiva, puntualizó.