Ciencia

Microorganismos ‘gamer’: células vivas del cerebro aprenden a jugar Pong

El sistema DishBrain demostró la evolución de un sistema de inteligencia biológico que puede servir en el desarrollo de la tecnología.

Las células vivas del cerebro pueden aprender a jugar Pong, un videojuego creado en la década de 1970, reveló un estudio publicado en la revista Neuron .

Un equipo de investigadores colocó 800 mil células cerebrales humanas y de ratón vivas en un plato, las conectó a electrodos y después a una simulación del juego Pong.

Los científicos observaron que el conglomerado biológico aprendió rápidamente el juego y mejoró su desempeño a medida que practicaba. Las células pudieron seguir adelante convirtiendo las respuestas celulares en una representación visual del juego que se parece al original.

“Las redes neuronales in vitro de origen humano o de roedores se integran con in silico computación a través de una matriz multielectrodo de alta densidad. A través de la estimulación y el registro electrofisiológicos, las culturas se integran en un mundo de juego simulado, imitando el juego de arcade Pong”, señala la investigación.

Los científicos nombraron a este sistema DishBrain, el cual señalan que prueba que las neuronas en un plato pueden aprender y mostrar signos básicos de inteligencia. El equipo detalló que la nueva configuración es denominada inteligencia biológica sintética, o SBI.

“DishBrain ofrece un enfoque más simple para probar cómo funciona el cerebro y obtener información sobre condiciones debilitantes como la epilepsia y la demencia”, señaló Hon Weng Chong, director ejecutivo de la empresa emergente de biotecnología Cortical Labs.


Células se comportan como una computadora

Los científicos descubrieron que la inteligencia biológica, también conocida como células cerebrales vivas, se comporta de manera bastante diferente a como lo haría una computadora.

“En el pasado, los modelos del cerebro se desarrollaron de acuerdo con la forma en que los informáticos creen que podría funcionar el cerebro”, refirió Brett Kagan, director científico de Cortical Labs y coautor del estudio. “Eso generalmente se basa en nuestra comprensión actual de la tecnología de la información, como la computación de silicio... Pero, en realidad, no entendemos cómo funciona el cerebro”.

La investigación determinó que DishBrain aprendió naturalmente a jugar Pong,

“Cuando DishBrain devolvió con éxito la ‘pelota’ en Pong, el sistema pudo predecir mejor a dónde se movería a continuación. Si DishBrain fallaba, perdería el punto y comenzaría un nuevo punto con la computadora lanzando una bola desde un lugar de inicio aleatorio, y así sucesivamente. Debido a que DishBrain usa un ciclo de retroalimentación, parece mejorar progresivamente cuanto más se reproduce”.

“Sabemos que nuestros cerebros tienen la ventaja evolutiva de estar sintonizados durante cientos de millones de años para sobrevivir”, explicó el coautor Adeel Razi de la Universidad de Monash.

“Ahora, parece que tenemos a nuestro alcance dónde podemos aprovechar esta inteligencia biológica increíblemente poderosa y barata”, añadió.

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