Nació en Alemania. Padeció (como millones) humillaciones como migrante.Tenía una cualidad: jugaba bien al futbol. Pegó un póster de Samuel Eto'o en una modesta pared de su casa. La imagen del astro lo inspiró para seguir en las canchas. Salvó el pellejo y logró instalarse en las inferiores de la selección alemana. Nunca llegó a dar el salto a la absoluta. El destino se atravesó en su camino.
La Asociación Camerunesa lo convocó para la Copa Africana en enero de 2010. En las eliminatorias de Brasil 2014 anotó goles decisivos para el país en el que había nacido su madre. Hoy juega con Eto'o y puede ser el joven más brillante del Mundial.