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Este eléctrico lleva el ADN deportivo a un nuevo extremo.

Porsche Cayenne inaugura una nueva etapa para la marca: un SUV que, por ahora, deja atrás la combustión, para adoptar un tren motriz eléctrico, más potente y sofisticado. Un salto tecnológico que redefine su identidad sin perder el carácter que lo convirtió en un ícono.

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Cayenne Turbo Electric, 2025, Porsche

Como parte de las últimas actividades por la celebración del 25 aniversario de Porsche Latinoamérica, volamos a Estados Unidos para conocer, en persona, la cuarta generación del SUV que rescató la marca de Stuttgart en su nacimiento cuatro generaciones atrás, ahora completamente eléctrico.

El Porsche Cayenne Electric marca un antes y un después dentro de la marca. No es solo la nueva generación del SUV más influyente de su historia: es el modelo que abre la puerta a un Cayenne completamente eléctrico, construido desde cero para integrar una plataforma moderna, una batería de nueva generación y un sistema de alto voltaje capaz de redefinir el comportamiento del vehículo. A primera vista, conserva la silueta clásica y la postura poderosa de un SUV mediano, deportivo y que siempre han caracterizado al modelo, pero con proporciones refinadas, un lenguaje más limpio y detalles aerodinámicos que evidencian su evolución eléctrica.

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Cayenne Turbo Electric, 2025, Porsche

La parrilla cerrada, las superficies más depuradas y los faros con la nueva firma luminosa de cuatro puntos marcan el cambio visual sin eliminar la esencia del Cayenne. Desde cualquier ángulo se percibe más técnico, más preciso y con un enfoque claro en eficiencia, aunque sin renunciar a la solidez de un SUV deportivo. La integración de los elementos eléctricos —puertos de carga, nuevos módulos aerodinámicos y un diseño optimizado del flujo de aire— está resuelta con discreción, recordando que Porsche no utiliza la electrificación como un adorno, sino como una reingeniería profunda, tomando como base a la plataforma PPE de Macan, pero llevada al siguiente escalón.

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Cayenne Turbo Electric, 2025, Porsche

El interior también refleja esta transición. La cabina adopta el nuevo lenguaje digital de la marca: una arquitectura envolvente con pantallas integradas, ergonomía orientada al conductor y una sensación de modernidad que no sacrifica la calidad. Las proporciones se sienten amplias, el puesto de conducción baja ligeramente y la distribución de mandos mantiene la lógica deportiva que distingue a Porsche. Todo está pensado para transmitir precisión y control incluso antes de arrancar.

Aunque estas primeras impresiones no incluyen manejo, el planteamiento técnico deja claro el rumbo. El Cayenne Electric utiliza una batería rediseñada, un sistema eléctrico más eficiente y tecnologías de gestión térmica que anticipan un desempeño propio de un deportivo, no solo de un SUV. La promesa es un vehículo más rápido en respuesta, más estable y capaz de ofrecer mayor autonomía sin comprometer la experiencia Porsche.

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Cayenne Turbo Electric, 2025, Porsche

Hablamos de un SUV con más de 1,100 caballos de fuerza, el Porsche de producción en serie más potente en la historia, con tracción y dirección en las cuatro ruedas, así como capacidad para ser cargado hasta 400 kW y con autonomías incluso superiores a los 600 km por carga. Con esto, es capaz de alcanzar los 100 km/h apenas 2.4 segundos en la versión turbo, y llegar hasta los 250 km/h, limitados electrónicamente.

Parados frente a él, el Cayenne Electric no se siente como una simple continuación, sino como un reinicio controlado: respeta la herencia del modelo, pero está pensado para un futuro donde la electrificación dejará de ser opción para convertirse en estándar, aunque también están confirmadas versiones híbridas y combustión más adelante.

Porsche decidió no esperar a que el mercado lo exigiera y, en su lugar, adelantarse con una interpretación eléctrica que conserva su ADN deportivo. El resultado es un SUV que se percibe familiar, pero con una ambición completamente nueva y que se plantea lista para, una vez más, romper todos los esquemas de la marca.

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