Durante una jornada de pruebas en Nissan Grand Drive, el centro de desarrollo ubicado en las afueras de Yokohama, la marca nos permitió evaluar un amplio rango de modelos que ilustran el momento tecnológico que vive la compañía. Aunque varios no están destinados al mercado mexicano, cada uno muestra avances relevantes en electrificación, eficiencia y desarrollo de producto, además de anticipar cambios importantes para los próximos años. En una de esas, quizá uno que otro de estos modelos podría aterrizar en México algún día.

El recorrido inició con el Nissan Qashqai, un SUV europeo que no llegará a México pero que resulta clave por integrar la tercera generación del sistema e-Power. Este esquema híbrido en serie —donde el motor a gasolina funciona únicamente como generador eléctrico— evoluciona hacia una mayor eficiencia, alcanzando hasta 22.1 km/l y ofreciendo cerca de 190 caballos de fuerza. Según Nissan, esta tecnología llegará a más modelos globales, y la retroalimentación en estas pruebas forma parte de su etapa final de desarrollo. El sistema mantiene el principio de movilidad eléctrica permanente, aunque depende de gasolina para generar energía, un enfoque similar al de algunos eléctricos de rango extendido, muy presentes hoy en China, pero en este caso con una batería muy pequeña que no le da autonomía eléctrica pura.

Posteriormente, conocimos el Nissan Sakura, un Kei Car japonés muy atractivo. Equipado con una batería de 20 kWh y una autonomía cercana a 180 km, el modelo apuesta por practicidad urbana, costo reducido y dimensiones legales limitadas. Con apenas 64 caballos y un peso de alrededor de 1,080 kg, el Sakura resulta sorprendentemente funcional, con un interior amplio para su tamaño y un comportamiento racional pensado para movilidad diaria. Aunque su estructura ligera lo vuelve vulnerable a golpes menores, es un tipo de vehículo que podría ampliar el acceso a la movilidad en mercados como Latinoamérica si existiera un marco regulatorio adecuado.

El programa incluyó también una demostración del Nissan N7, un sedán eléctrico desarrollado junto con Dongfeng para el mercado chino. Su configuración de un solo motor delantero entrega alrededor de 200 kW (más de 300 caballos), alimentado por una batería de 73 kWh que ofrece hasta 623 km de autonomía. Su desempeño en pista, incluso en superficies peraltadas, mostró buena estabilidad y una potencia inusual para un vehículo de tracción delantera. Aunque su llegada a México es incierta por restricciones de precio y por tratarse de un sedán mediano, el desarrollo conjunto refleja una estrategia donde Nissan combina ingeniería propia con la velocidad de ejecución de la industria china.
Entre los vehículos de mayor enfoque práctico estuvo el Nissan Serena, un monovolumen de tres filas que representa la filosofía japonesa de optimización del espacio. Equipado con tecnología e-Power, puertas deslizables y capacidad para siete u ocho pasajeros, prioriza visibilidad, maniobrabilidad y uso eficiente del interior. Su diseño vertical y la posición elevada del conductor responden a la realidad de ciudades compactas, donde la anchura limitada resulta una ventaja. Aunque no está planeado para México, su concepto de movilidad familiar eficiente contrasta con la preferencia regional por SUV más voluminosos.
La parte emocional de la jornada vino con dos modelos icónicos. El Nissan Z, en sus versiones más recientes, mantiene su arquitectura tradicional de motor delantero, tracción trasera y caja automática de ocho velocidades. Aunque las actualizaciones son discretas, conserva la esencia del coupé deportivo accesible, con un comportamiento en pista que sigue siendo una referencia en su segmento.

El momento más simbólico fue la prueba del Nissan GT-R, que se acerca al final de su ciclo de producción después de más de dos décadas en el mercado. Con más de 460 caballos en esta versión T-Spec, el GT-R sigue ofreciendo una precisión dinámica que supera a muchos deportivos actuales. Su combinación de electrónica, tracción y puesta a punto permite alcanzar velocidades elevadas con una estabilidad notable, algo que se mantuvo durante su recorrido en Grand Drive. La despedida del modelo coincide con la anticipación de su próxima generación, que, según Hiroshi Tamura —ingeniero responsable del GT-R por años— ya está desarrollada y ha sido evaluada internamente.

Al cierre de la jornada, el line-up permitió entender la amplitud de la estrategia Nissan: electrificación mediante e-Power, vehículos urbanos extremadamente compactos, productos co-desarrollados con la industria china, deportivos históricos y monovolúmenes pensados para optimizar recursos. Aunque no todos llegarán a México, el conjunto refleja un futuro en el que la marca apuesta por eficiencia, electrificación y diversidad de soluciones, incluso cuando el mercado regional parece moverse a ritmos distintos.
Este ejercicio en Japón no solo mostró autos, sino también dirección tecnológica y señales de lo que podría venir para la región. Algunos modelos —como la nueva generación de Leaf o las próximas actualizaciones de Ariya— podrían alinearse con ese camino. Mientras tanto, estas pruebas dejan claro que Nissan mantiene una base sólida de ingeniería y una visión que combina tradición, electrificación e innovación para los próximos años.




