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México, una mirada panorámica

La Universidad Nacional digitaliza la obra de Vicente Cortés Sotelo, el gran fotógrafo en largo formato de México. Una mirada genial le dieron la oportunidad de retratar una ciudad que renacía de la Revolución. Visionario, utilizaba un sofisticado equipo para hacer fotografías panorámicas.

Una imagen fechada el 28 de junio de 1931 muestra a Plutarco Elías Calles al centro de un grupo de personas. El entonces presidente Pascual Ortiz Rubio está a su lado, junto con otros funcionarios, entre ellos el general Joaquín Amaro, entonces Secretario de Guerra y Marina. Aunque ha pasado a la historia como ateo, Calles estaba dando una fiesta por el día de San Plutarco.

Quien capturó aquella escena fue Vicente Cortés Sotelo, un visionario que utilizaba un sofisticado equipo (auspiciado por las altas esferas políticas de la época) para hacer fotografías panorámicas, en las que desarrolló el gusto por la experimentación gráfica.

"Hay una foto en la que aparece él en ambos lados del plano del panorama. Seguramente sabía cuánto duraba el disparo: se colocó de un lado y corrió detrás de la cámara para llegar al final; era un hombre muy creativo y juguetón", cuenta el investigador Ricardo Alvarado Tapia, encargado de este raro archivo que ya está disponible online en http://www.esteticas.unam.mx/vcs/.

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Los 120 negativos de fotografías panorámicas tomadas por Cortés Sotelo fueron donados en 2013 al Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM por Cristina Cortés Herwing, la hija que el fotógrafo tuvo con su quinta y última esposa.

POLÍTICA Y AVIACIÓN
"Cortés Sotelo era un hombre muy inquieto, tomaba corridas de toros, era músico, escribía poemas. Montó cámaras de cine en avionetas, participó en guerras, vivió en carne propia la Revolución Mexicana, el levantamiento Delahuertista en el norte, tomaba fotos de los contrarios, de cómo estaban sus campos, en lo que parece ser una estrategia militar", relata el investigador.

"Tenemos seis fotografías de la campaña de Ávila Camacho; en una está en el Toreo de la Condesa ante miles de personas".

Miembro de la Fuerza Aérea Mexicana de 1929 a 1931, Cortés Sotelo aprovechó para hacer tomas sobre aviación. Entre las panorámicas hay dos imágenes de una generación de pilotos aviadores militares, entre los que están Roberto Fierro Villalobos, quien fue Secretario de la Defensa, y Pablo Sidar, considerado héroe nacional por imponer récords de distancia.

Las imágenes de Cortés Sotelo dan cuenta de cómo México tuvo un papel importante en la industria aeronáutica.

"Sabemos que el fotógrafo quería hacer una historia fílmica de la aviación. Aquí se fabricó una hélice de madera que en su momento fue muy innovadora y que el gobierno de Japón la adoptó. Ésta aparece en una fotografía y en el material fílmico que nos donaron y que la filmoteca está restaurando", detalla Alvarado Tapia.

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INNOVADOR Y VISIONARIO
Cuenta el investigador que la familia guardaba los negativos donados en rollos, dentro de una hielera, lo cual no sólo permitió su conservación, sino evitó que se perdieran, pues el nitrato es un material inflamable. Aún se desconoce de qué manera se publicaron las fotografías en su tiempo, aunque por sus dimensiones pudieron haber sido parte de la decoración de oficinas de gobierno.

Seguramente fue con apoyo gubernamental que Cortés Sotelo pudo obtener la sofisticada cámara que le permitió hacer fotos panorámicas de distintos puntos del país, explica el experto. "Compró o pidió prestada una cámara de ese tamaño, era muy grande para sostener negativos de ocho pulgadas y abierta debió medir más de un metro, es una cámara muy rara, muy cara y no de fácil manejo".

Tomó las calles de la Ciudad de México cuando fue policía de tránsito. Hizo fotos del interior de la República porque solicitaba a los presidentes, desde Álvaro Obregón hasta Manuel Ávila Camacho, pasajes de ferrocarril para viajar y fotografiar lo más hermoso de este país. Sus placas de la capital son de una belleza notable.

"Me gustaría mucho que en estas fotos la gente reconociera a sus abuelos trabajando en los talleres de construcción aeronáutica, o estudiando en una primaria de Michoacán. Ya pasó, una persona reconoció la cantina de su abuela en panorámica de la Ciudad de México y creo que ese es el valor de la fotografía", concluye.

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