Han transcurrido 298 días desde que el mexicano Saúl Canelo Álvarez perdió su título mundial superwelter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante el estadounidense Floyd Mayweather, en la noche del 15 de septiembre de 2013.
Sus seguidores ya no lo recuerdan, tampoco el bochornoso episodio de su reaparición cuando el pelirrojo venció en 10 rounds a Alfredo Angulo, cuya falta de combatividad desató la furia de los fanáticos que lanzaron objetos al ring y golpearon a su mánager, José Chepo Reynoso.
El prospecto de ídolo está de regreso, Saúl Álvarez cumplirá su segundo combate después de ser destronado por Mayweather. Su rival será el cubano Erislandy Lara, quien goza de buena reputación para ofrecer una buena pelea el 12 de julio en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas.
El Canelo está obligado a vencer y convencer para poder regresar a los grandes escenarios e intentar la conquista de otro cetro mundial. La lista de sus potenciales rivales van desde Miguel Cotto, el filipino Manny Pacquiao, hasta el combate soñado contra Julio César Chávez Jr.
La idea es que el aficionado mexicano vuelva a gozar de una gran rivalidad como la que tuvieron alguna vez en la división gallo Rubén Púas Olivares y Jesús Castillo. Sus tres combates por el título mundial del CMB resultaron memorables.
Los excesos, picardía y desplantes de Rubén Olivares le permitieron ganar dos de esas tres batallas en la década de los 70 ante Castillo, un peleador que era considerado muy técnico.
Tener en su esquina al miembro del Salón de la Fama, Arturo Cuyo Hernández, fue otra de las claves del éxito de Olivares. Si algo tenía era su olfato para formar campeones, pues tuvo en su cartera de pupilos a Alfonso Zamora, Carlos Zárate, Guadalupe Pintor y Ricardo Finito López.
Esa astucia es la que les falta a los encargados de conducir las carreras de buenos boxeadores como Saúl Álvarez y Julio César Chávez Jr., quienes generan millones de dólares, pero que con cada bulto que enfrentan lastiman su imagen y corren el riesgo de perder los mejores años de sus carreras.