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Este trío del Tec va rumbo a Londres ‘a cambiar el mundo’

Joel Garzafox, Rodrigo Chinchilla y Jaime García ganaron la edición nacional del desafío Hult Prize y ahora viajarán a Reino Unido para acelerar su proyecto.

Tres estudiantes del Tecnológico de Monterrey desarrollaron 'Harvest', un sistema de purificación de aguas residuales que, además, produce electricidad, y ahora van rumbo a Londres para acelerar su proyecto.

Joel Garzafox y Rodrigo Chinchilla (22 años) y Jaime García (23) ganaron la edición nacional del desafío Hult Prize, una de las competencias para emprendimientos sociales más importantes del mundo.

Los jóvenes, quienes cursan el último semestre de la Ingeniería en Químico Administrador (IQA) en el campus Monterrey, ganaron 50 mil dólares y por dos meses, a partir del 21 de julio, participarán en el programa de aceleradora en la Hult International Business School, en Londres, junto a 39 equipos de diversas partes del mundo.

Los seis mejores equipos competirán en la final global de Hult Prize, en la sede de la ONU en Nueva York; el primer lugar ganará un millón de dólares.

"Hemos tenido mucho apoyo por parte de nuestra mentora, de la gente del Tec, familia, amigos, profesores. Si ves que la gente está creyendo en tu proyecto y que ven algo interesante, y si ves resultados poco a poco, es algo valioso", compartió García a El Financiero.

TODA IDEA NECESITA SUSTENTO

La idea del proyecto surgió de varias investigaciones que hicieron los jóvenes gracias a sus clases. "Encontramos que había un sistema que estaba en desarrollo apenas y que se podía realizar", contó García.

El principal obstáculo de un sistema de purificación poco estudiado es que no hay pruebas necesarias para llegar a un consenso sobre su uso y funcionalidad.

Para desarrollar su idea, necesitaban a un mentor, y la encontraron en Rashmi Chandra, investigadora posdoctoral de biotecnología, originaria de India, quien realiza una estancia en el Tec de Monterrey como profesora de investigación.

Rashmi dejó que los estudiantes basaran su trabajo en la tecnología que ella desarrolló en su tesis doctoral. Gracias a ello, pudieron desplegar un prototipo inicial "muy pequeño" con el que confirman que Harvest es funcional.

DE LA PLANTA A LA ELECTRICIDAD

El proceso de Harvest incluye un recorrido por tres tanques, elementos purificadores y filtros, además de la ayuda de energía solar y plantas subacuáticas.

"(Harvest) va a ingresar el agua que ya fue usada en la cocina, en la regadera, agua contaminada de los ríos y la va a administrar el primer tanque del sistema; durante el proceso, esta agua se va a ir purificando con las plantas junto con otros filtros y material que sirve como purificador. Mientras pasa este proceso, la electricidad que se va a generar va a ser suficiente para iluminar un cuarto (en su fase final)", detalló Garzafox.

El agua contaminada pasa a través de algas que al contacto con el sol liberan microorganismos que se comen la suciedad; posteriormente, por medio de un sistema de electrones, el agua se canaliza para que a su vez produzca electricidad. Al final, un filtro hecho con materiales como carbón, arcilla o grava lleva a cabo la limpieza final.

Aunque han hecho pruebas con algas en el sistema, García afirmó que harán estudios para saber qué planta es la más adecuada para cada comunidad.

"Cualquier planta subacuática sirve para este proyecto, pero hay un tipo específico que hemos estudiado, que son las monocts (monocotiledóneas), con las que sabemos que se puede generar energía para producir un impacto en la vida de las personas en zonas marginadas", agregó.

El primer prototipo puede reciclar agua, y logró cargar un celular y un reloj de buró. Con los 50 mil dólares del premio construirán uno más avanzado "que de verdad pueda demostrar que nuestra propuesta, que queremos lanzar al mercado, es factible", dijo García.

Los emprendedores calculan que el precio inicial del sistema será de entre 120 y 150 dólares. "Mientras logremos crecer el proyecto, podríamos reducir el precio significativamente. Para que la gente pueda pagar por los sistemas, pensamos trabajar con empresas locales de microfinanciamiento para que las familias compren el sistema en pagos mensuales durante un año", explicó Garzafox.

Los estudiantes buscan afinar su modelo de negocio durante su estadía en Londres, y esperan comenzar a comercializarlo a finales de 2019.

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