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Así fue mi primer viaje en Avant

La competencia mexicana de los servicios de Uber y Cabify apenas tiene 800 vehículos entre la Ciudad de México y Puebla. Aquí te contamos cuál fue nuestra experiencia.

No había escuchado hablar de la aplicación sino hasta que varios conductores de otras plataformas me comentaron el interés de cambiarse a ella por las comisiones que cobra, las cuales son menores a la de aplicaciones como Uber o Cabify, así que decidí probarla para averiguar si este hecho no sacrificaba el servicio y la comodidad que ofrecen este tipo de apps.

Sobre la aplicación, Avant permite echar un vistazo antes de darte de alta, sin embargo al solicitar el servicio será necesario inscribirte en la app añadiendo datos como nombre, contraseña y la aprobación de los términos.

La plataforma es muy similar a las otras: primero debes de seleccionar un punto y un destino. La app posteriormente te indicará un precio establecido y el tiempo aproximado de llegada del conductor. También te ofrece la posibilidad de elegir la forma de pago, ya sea efectivo o a través de PayPal. Si estás de acuerdo, lo siguiente será aceptarlo.

En mi primer intento desistí del servicio porque el tiempo de espera para que el conductor llegara al punto en el que me encontraba era de 19 minutos. Esto se puede entender porque la plataforma comenzó operaciones de manera formal en noviembre pasado y su flotilla de autos apenas es de 800 coches entre las dos ciudades en las que opera de acuerdo con su portal en internet: Ciudad de México y Puebla.

Mi segundo intento tuvo mayor éxito; el conductor sólo tardó alrededor de nueve minutos en llegar al punto. El precio indicado por la app fue de 125 pesos, muy similar a estimaciones hechas por las otras aplicaciones en la misma ruta.

Pese a que la aplicación indica las placas del auto, no señala el modelo y tampoco muestra la imagen del conductor abordo, sólo el nombre.

Soy un usuario que no acostumbra a tomar en cuenta si el conductor se baja y abre la puerta, pero las primeras impresiones cuentan y en esta ocasión fui yo quien tuvo que abordar el auto.

La unidad era un modelo del año, su interior se encontraba limpio y el conductor se portó amable desde que subí al coche. A diferencia de las otras plataformas en donde se ofrece una botella de agua, en mi primer viaje con Avant no conté con el adicional que Uber y Cabify brindan.

Durante mi trayecto le pregunté al conductor si había realizado algunos exámenes para ingresar a Avant, pues de acuerdo con Carlos de la Villa, director comercial de la empresa, se realizan pruebas psicológicas, toxicológicas y psicométricas a los interesados en trabajar con la plataforma, además de que se solicita un documento de antecedentes no penales.

"No me hicieron (exámenes). Lo que hacen es que en la entrevista te ven qué tipo de persona eres y ellos deciden si te hacen los exámenes o no. En este caso me dijeron que no. Me preguntaron si había estado en la cárcel, les dije que no. Lo que quieren es que sea una experiencia muy diferente para Uber", explicó el conductor.

Durante la plática, el chofer quien al igual era su primer viaje y el primer del día luego de estar alrededor de dos horas con la aplicación encendida, me dijo que esta fue una razón por la que se decidió por Avant. Otro motivo por optar por este servicio fue el 10 por ciento que cobra como comisión.

Una vez que llegué a mi destino me puse a pagar en efectivo los 125 pesos que tanto a él como a mí nos había indicado la aplicación al comienzo del viaje, sin embargo al finalizar éste Avant arrojó un precio de 186 pesos.

Amablemente el chofer me dijo que aceptaría lo que indicó la aplicación en un comienzo y que revisaría con la empresa lo sucedido.

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