Sociedad

UNAM descubre que yodo coadyuva en tratamientos contra cáncer

La investigación permitió corroborar que el yodo, en cantidades controladas permite que en el caso de una hiperplasia benigna de próstata, reduce significativamente los síntomas y el tamaño de la glándula.

JURIQUILLA. Investigadores de la UNAM descubrieron que el uso de yodo en combinación con uno de los fármacos más usados en quimioterapia (drogas antracíclicas), permiten reducir y hasta detener tumores cancerosos de mama y próstata, lo que podría llevar a prometedoras terapias contra esta enfermedad a futuro.

El estudio, que ha llevado a presentar ya dos solicitudes de patente (hiperplasia prostática benigna y tumores quimioresistentes), se encuentra en una primera fase de investigación, pero con notables resultados tanto en animales como en estudios clínicos, es decir en humanos.

De acuerdo a Carmen Aceves Velasco, Secretaria Académica del Instituto de Neurobiología del campus Juriquilla y quien encabeza esta investigación, lo que les llevó a centrarse en este elemento fue que las poblaciones asiáticas, altas consumidoras de algas marinas (ricas en yodo al contener 30 mil veces más que cualquier otro ser vivo) tienen una incidencia 10 veces menor de estos tipos de cáncer.

De esta forma, estudiaron el efecto de varios compuestos de yodo en el desarrollo, función y patología de algunos órganos que lo "atrapan", como es la glándula mamaria, el ovario, la próstata y el tejido nervioso.

Los primeros resultados mostraron que se redujo la incidencia de cáncer mamario generado por cancerígenos químicos en modelos animales, lo cual los llevó a experimentar su uso en conjunto con ciertos tratamientos contra esta enfermedad, encontrando respuestas aún más favorables en la reducción de los tumores en un 75 por ciento, su progresión (lo que evitaría metástasis) y la disminución de las dosis farmacológicas (causantes de efectos secundarios).

Además se realizó un protocolo con 80 mujeres de instituciones públicas en Querétaro (40 de ellas tratadas con placebo), resultando que la mayoría respondió a los efectos del yodo en combinación con sus tratamientos.

Lo mismo sucedió con su estudio en hiperplasia benigna de próstata, donde mostraron que el suplemento con yodo, reducía significativamente los síntomas y el tamaño de la glándula, mejorando la calidad de vida de las personas.

Aceves comentó que el suplemento con yodo en análisis en células tumorales del sistema nervioso central, como el neuroblastoma (que se presenta en niños de dos a cinco años), han mostrado que en adición con el ácido retinoico (tratamiento convencional), los tumores se reducían, y las células se sensibilizaban, permitiendo diferenciarlas y así se dejaran de reproducir.

"El planteamiento es que el yodo puede tener grandes ventajas cuando es usado con coadyuvancia con tratamientos convencionales, con posibilidades de reducir dosis farmacológicas y por ende efectos secundarios", dijo la investigadora.

Por lo pronto, la propuesta de Aceves es que su investigación pueda ser aplicada por la Secretaría de Salud como un preventivo para el caso de la hiperplasia prostática benigna y con la que se podría tener grandes avances.

La idea es "que todos los hombres mayores de 50 años tomaran ciertas concentraciones de yodo, tal y como se da el ácido fólico en las mujeres", concluyó la investigadora.

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