Escritorio de Negocios

Santiago Urquiza, el paladín de la revolución financiera que viene

 

1

De todo lo que está ocurriendo en el país en materia financiera
—notoriamente el advenimiento de las empresas Fintech, que desmoronan los ladrillos entre acreedores y acreditados—, acaso el suceso más relevante es el próximo nacimiento de la nueva bolsa de valores, donde más mexicanos, más fácilmente, podrán comprar todo tipo de contratos vendidos en los mercados financieros. La noticia se supo desde 2015: viene la competencia para la Bolsa Mexicana de Valores. El originador de la idea es Santiago Urquiza, que encabeza Central de Corretajes y a quien se le ocurrió competir contra la firma que encabezan Jaime Ruiz y José Oriol Bosch. Su bolsa se llamará Bolsa Institucional de Valores (Biva).

Ayer se dio a conocer un paso importante en lo que será el nacimiento de la Biva. La empresa de Urquiza comunicó oficialmente que ha conseguido 450 millones de pesos para la puesta en marcha y operación inicial de su nueva institución. Su socio es LIV Capital, un fondo de inversión donde destacan los perfiles de Humberto Zesati y Miguel Ángel Dávila, este último particularmente famoso por haber fundado Cinemex. Es un fondo que ha invertido en firmas como Wobi o Ánima Estudios. A sus oficinas llegan cientos de planes de negocios buscando fondeo. Sólo pocos pasan todos los filtros para recibir inversión.

Urquiza pasó los filtros para la puesta en marcha de Biva. Zesati destacó ayer la "amplia experiencia de CENCOR en el sector financiero en combinación con la tecnología de punta y cultura de servicio al cliente del grupo". A su vez, Urquiza insistió en lo que ha venido diciendo, que México avanza como otros países hacia "la competencia entre bolsas de valores con el objetivo de generar mejores ofertas de productos y, por lo tanto, un mayor crecimiento en sus mercados y economías".

Estamos a unos siete u ocho meses de ver el nacimiento de la nueva bolsa. Si la Comisión Bancaria no se duerme tendríamos que ver la autorización para su operación en unas cuantas semanas. Habrá muchas implicaciones potenciales de este nacimiento. Una será que muchos mexicanos —quizá millones— atestiguarán la llegada de una institución adicional que les facilitará la comprensión del funcionamiento del mercado de valores. Los involucrará. Si esto ocurre en el corto plazo hay que estar preparados: Urquiza se convertirá en la cabeza más visible de un nuevo sector financiero mexicano, uno donde estarán incluidos finalmente todos, sin importar que su inversión pueda ser muy pequeña.

¿Otras implicaciones? Nuevos índices accionarios, nuevas empresas listadas… ¡Ah!, y confusión para los manifestantes que suelen repelar frente a la BMV: ¿debajo de cuál bolsa decidirán manifestarse en el futuro?

Twitter: @SOYCarlosMota

Correo: 
motacarlos100@gmail.com

También te puede interesar:
AMLO ataca a Baillères y su escuela de "tecnócratas porfiristas"
Litibú, en el abandono
Más que Trump, a Peña lo golpeó S&P

COLUMNAS ANTERIORES

Gruma en la boca del lobo
El culebrón de la Ley de Aviación

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.