Benito Solis

El proximo gobierno enfrentará una economía muy deteriorada

Las elecciones de junio no solo tendrán efectos inmediatos, sino que determinarán la dirección del país en los siguientes años y décadas.

México tomará una decisión política en las próximas semanas, que tendrá un fuerte impacto en la economía y en la manera en que viviremos. Las elecciones de junio no solo tendrán efectos inmediatos, sino que determinarán la dirección del país en los siguientes años y décadas.

Esto se debe a que la economía global está inmersa en un cambio importante de ciclo y depende de las decisiones que se tomen aquí, que podremos integrarnos a la nueva dinámica económica o quedaremos a un lado de la misma. Esto se reflejará en desarrollo o en estancamiento, menores empleos y salarios con su efecto en conflictos sociales.

Es claro que en la actualidad se ha detenido el proceso de integración global de las economías, lo que permitió una reducción en los costos de producción de las manufacturas. Las economías pasan de una integración manufacturera a una revolución tecnológica, que algunos denominan la Revolución Industrial 4.0, en donde los sistemas ahora toman las decisiones por los individuos. Para participar en el nuevo ciclo de desarrollo industrial ahora se necesita menos trabajo físico y se requiere más trabajo mental. Para podernos integrar a este ciclo se necesitan importantes montos de recursos en educación, tanto para niños como para adultos.

En el aspecto interior es claro que sin importar quién gane las próximas elecciones, el país enfrentará un escenario económico muy difícil para los próximos años. Esto se debe a varios factores, destacando los siguientes: 1) El gobierno hoy tiene un déficit fiscal estructural como resultado de compromisos sociales de largo plazo, que no vienen acompañados de mayores ingresos. Durante un tiempo se ha podido evitar un problema mayor en las finanzas públicas debido a la inercia que se tenía de años anteriores, de los distintos ahorros que existían en los diferentes fondos y recursos en las distintas áreas del gobierno, así de importantes los ahorros en el gasto público. Hoy esto se ha acabado, por lo que el gobierno ha tenido que reconocer un importante déficit fiscal, que para el presente año se acerca al 6 por ciento del PIB. Cualquier gobierno entrante tendrá que resolver está importante problemática. 2) Pemex es un pasivo para el sector público y requiere montos importantes y crecientes de recursos, que perjudican las finanzas del gobierno. La situación actual es insostenible y se tendrá que enfrentar en el corto plazo. 3) Hay un deterioro general de la infraestructura del país, tanto en la red carretera, en la infraestructura hidráulica, en el sistema educativo y en el de salud y, sobre todo, en la seguridad para la población. En este entorno las empresas tienen crecientes costos, los cuales les reduce la rentabilidad y sus recursos para mantener los montos de inversión que se necesitan. 5) El deterioro social es patente en todo el territorio nacional por la menor seguridad pública y los mayores costos para la población para resolver sus problemas de salud y de educación. Esto se refleja en crecientes conflictos sociales que destruyen la armonía social.

El mundo avanza hacia un proceso de multipolarización y las economías se integran en diferentes centros de producción. Para México son claras las alternativas que se le presentan: Por un lado, puede tomar una posición activa para continuar integrándose al resto de Norteamérica, lo que supone cambios legales, educativos, financieros, etcétera. Otra alternativa es integrarnos al resto de Latinoamérica, en donde un tema importante sería que, por nuestro tamaño relativo, nosotros nos volveríamos un motor para el resto de Latinoamérica. Sin embargo, nuestro crecimiento sería mucho menor. Otra posibilidad es que nos integremos con los distintos países que tienen gobiernos populistas, con tendencia de izquierda tanto en Latinoamérica, como Cuba y Venezuela, como con otras partes del mundo, como China y con Rusia. Esto produciría un menor crecimiento y un conflicto permanente con Estados Unidos. Finalmente, el mantener el actual modelo haría que sigamos siendo un proveedor de productos de maquiladora y exportador de mano de obra barata, así como de distintos tipos de drogas. Sin embargo, el creciente déficit fiscal provocaría nuevas crisis financieras.

Las elecciones determinarán el camino que seguirá el país.

COLUMNAS ANTERIORES

El populismo sigue, mientras dure el dinero
Autonomía del Banco de México, base de la fortaleza del peso mexicano

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.