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China pone nerviosas a las multinacionales

La administración del presidente chino Xi Jinping está expandiendo el alcance de su campaña anticorrupción más allá de los círculos oficiales hacia al sector corporativo.

Cuando Pan Shengshen visitó Tokio a fines de septiembre, Hitachi le prodigó un tratamiento VIP. El empresario, que había dirigido el negocio de ascensores de Hitachi en China desde hace más de dos décadas, fue agasajado con una cena en el exclusivo centro de reuniones ejecutivas del conglomerado japonés. Hitachi sólo lleva a esas instalaciones privadas a los visitantes que realmente quiere impresionar.

Pan, por otra parte, había manifestado abiertamente su gratitud con la compañía japonesa. "A pesar de mis humildes orígenes", comentó una vez a los amigos, "he podido subir a la cima de la escalera corporativa gracias a Hitachi. La compañía me ayudó a aprender japonés y tecnología. Sé que esa clase de ascenso rara vez ocurre en China".

Durante la visita, Pan lucía relajado. Llevaba un traje azul marino pero sin corbata. Pero poco después de regresar a China comenzó a poner sus asuntos en orden. Al parecer, intuyó que los buenos tiempos estaban a punto de terminar.

Mientras se desempeñaba como presidente de Hitachi Elevator (China), Pan también dirigía los destinos de la compañía estatal Guangzhou Guangri, asociada con Hitachi en una operación conjunta. El 16 de octubre, Pan "se retiró" abruptamente de su puesto en Guangzhou Guangri.

Casi tres meses después, el 6 de enero, la comisión de investigación disciplinaria del Partido Comunista de China para la provincia de Guangdong anunció que Pan estaba bajo investigación por "graves violaciones de la ley y la disciplina". Poco después, desapareció de la escena empresarial.

Todavía no está claro bajo qué cargos detuvieron a Pan. Hitachi sólo ha dicho que está investigando el asunto. La administración del presidente chino Xi Jinping está expandiendo el alcance de su campaña anticorrupción más allá de los círculos oficiales hacia al sector corporativo. Y conforme la depuración se extiende por el país, el nerviosismo crece entre las empresas extranjeras que operan allí.

Un trabajador de Hitachi Elevator dijo que las comunicaciones con Pan han sido cortadas. "No hemos obtenido la aprobación de Pan para la toma de decisiones. Esto amenaza con causar retrasos operativos", dijo.

Más tarde, en enero, la mano derecha de Pan en Guangzhou Guangri -un ex alto ejecutivo de una subsidiaria de Hitachi- también fue puesto bajo custodia.

Otro ejecutivo chino atrapado por la red anticorrupción del mandatario Xi es Ren Yong, quien fuera subdirector de Dongfeng Nissan Passenger Vehicle, la joint venture de Nissan Motor en China. Un brazo local del Partido Comunista le dijo a la compañía el 19 de diciembre que Ren sería despojado de todos sus cargos porque estaba siendo investigado.

Lo que Pan y Ren tenían en común eran amplias redes de contactos políticos y empresariales. Muchas empresas japonesas han confiado en estos ciudadanos chinos con muchas conexiones para expandir sus operaciones en el país.

Pero cuanto más cerca estás del poder, mayor es la probabilidad de que seas el objeto de rumores relacionados con dinero. Ahora, después de muchos años de hacer la vista gorda a negocios turbios, el partido está trabajando para exponer las prácticas colusorias que implican a empresarios bien conectados.

La campaña anticorrupción tiene temblando a muchas corporaciones. Allí está el caso de una división de una firma japonesa en el este de China. A lo largo de varios meses, su vicepresidente chino ha sido interrogado en varias ocasiones por las autoridades locales, aparentemente de forma voluntaria. Una y otra vez, los interrogadores le preguntan: "¿Por qué le ofreció un descuento especial a esta empresa en particular?". La empresa en cuestión es propiedad de un familiar de un burócrata que ya ha sido arrestado.

Durante las sesiones de interrogatorio, cada una de cuatro o cinco horas, el vicepresidente trata de explicar que el descuento era parte de una campaña de ventas. Sin embargo, la compañía japonesa cree que los investigadores están empeñados en acusar al ejecutivo de proporcionar ilegalmente favores al cliente.

El presidente japonés de la compañía niega haber tenido conocimiento de dichos tratos. Pero dentro de las filas, existe una creciente preocupación de si el jefe saldrá indemne o si lo responsabilizarán de la supuesta conducta irregular del vicepresidente.

GRACIAS, PERO NO GRACIAS

El nerviosismo de las empresas extranjeras ha hecho que se apuren en comprobar si ellas también pueden tener problemas con las autoridades. Los ejecutivos a cargo de la contratación en muchas empresas estadounidenses en Shanghái hoy están investigando si sus prácticas de contratación locales han sido impecables o tienen alguna mácula.

Es frecuente que las empresas contraten a los hijos e hijas de funcionarios del partido y del gobierno.

Takashi Nomura, abogado de la firma jurídica Nishimura & Asahi en la oficina de Shanghái, imparte conferencias a los empleados de compañías japonesas en China sobre las reglas básicas para evitar sobornos. Estos clientes, cada vez más cautelosos en aceptar regalos, reciben recomendaciones de Nomura sobre la mejor manera, por ejemplo, de devolver un reloj de lujo sin colocar al socio de negocios en una posición incómoda.

"Cada mes recibo varias solicitudes para dar conferencias sobre el soborno", dijo Nomura. "A menudo me encuentro hablando ante ejecutivos chinos también".

Nomura está atento a lo que sucede en China; ha asesorado a compañías japonesas allí por más de una década. Tiene la sensación de que la cruzada para combatir la corrupción está propagando el temor entre los empresarios en el país.

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