New York Times Syndicate

Al rescate de los chihuahueños

La sobrepoblación de perros chihuahua en Estados Unidos es un problema que preocupa a sociedades protectoras de animales. La gente no debería imitar a Paris Hilton y ver a estos animales como artículos de moda, señalan activistas.

PHOENIX.-  Una manada de 25 chihuahueños callejeros recorrió 3 mil 800 kilómetros en la parte trasera de una camioneta todo terreno, a finales de marzo, en un viaje a través de Estados Unidos, de un refugio para animales en esta ciudad a otro justo en las afueras de Filadelfia, donde, en cuestión de días, adoptaron a todos menos a uno.

Esa misma semana, un cirujano ortopedista ya retirado, Peter Rork, metió a otros 30 chihuahueños en su modernizado Cessna 206 y los llevó de Phoenix a Boise, Idaho, donde los perros chiquitos son una mercancía de moda. El mes entrante, volará con 36 chihuahueños de Scottsdale, Arizona, al mismo destino.

"Oferta y demanda, todo se reduce a eso", comentó Jury Zimet, una abogada inmobiliaria en esta ciudad, quien funge como directora ejecutiva de Dog Is My Copilot, una organización de rescate que tiene Rork. "En Phoenix, hay chihuahueños por montones; en Idaho y Montana hay tan pocos que tienes que inscribirte en una lista de espera para adoptarlos".

Las exportaciones más populares de Arizona han incluido, de tiempo atrás, a las "cuatro C" (por las palabras en inglés), como se conocen aquí: cobre, ganado, cítricos y algodón. Y, a últimas fechas, los chihuahueños ya casi están en la lista.

La raza, cuyo origen se rastrea a México, es tan popular en Arizona que han invadido a algunos vecinos de Phoenix. Hay algunos que deambulan por las calles, viven a montones en refugios para animales y han agotado la red caritativa de familias de acogida que los aceptan.

Para evitar aplicarles la eutanasia, trabajadores por el bienestar de los animales comenzaron a enviarlos a estados lejanos, e incluso, al extranjero: los chihuahuas de Arizona han emigrado a Canadá y Rusia, dijo Joe Pyritz, un portavoz del condado de Pinal, cuyo refugio para animales atiende a los chihuahuas que cargan los inmigrantes a los que se atrapa al cruzar ilegalmente la frontera.

Solo los pitbulls superan en número a los chihuahueños en el refugio del condado de Maricopa, y la cantidad de éstos ha aumentado constantemente desde 2011, mientras que ha descendido la de aquellos. En la Sociedad Humanitaria de Arizona, el organismo de bienestar para los animales más grande del gobierno estatal, los chihuahua ssuperaron en número a los pitbulls este año.

Desde enero, Arizona Chihuahua Rescue, una organización de voluntarios que se hace cargo de estos perritos que nadie quiere, publicó un mensaje de advertencia en su página inicial: "No podemos aceptar a ningún perro nuevo".

La razón por la cual los chihuahuas y sus múltiples cruzas están entre los perros que se encuentran con mayor frecuencia en los refugios para animales, dicen trabajadores, está en alguna parte de la intersección de la geografía, la cultura popular y los gustos de los inmigrantes.

Los criadores también juegan un papel importante: algunos no se dan cuenta de que las hembras son tan pequeñas que a veces necesitan una cesárea, un procedimiento caro que puede acabar con las ganancias potenciales y motivar a la gente a que abandone a sus perros, explicó Lynnie Bunten, presidenta de rescate de razas en el Chihuahua Club of America.

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En promedio, los cachorros de raza pura se venden en 300 a 400 dólares, pero los chihuahuas son muchísimo más comunes en los estados que tienen frontera con México, sostuvo Bunten.

En California, varias ciudades han promulgado bandos en los que se demanda la esterilización o castración en un esfuerzo por legislar el control de las poblaciones.

Los perros también son una especie de símbolo de estatus: los chihuahuas han servido como mascota a empresas como Taco Bell ("¡Suelta la chalupa!"), de estrellas de cine de Disney (viene a la mente "Beverly Hills Chihuahua") y accesorios de moda para gente como Paris Hilton y Britney Spears, por no hablar de Elle Woods en la película "Legally Blonde". Cuando se cruzan con otras razas, pueden tener nombres cursis como chugs (chihuahueño y pugs), chiweenies (chihuahueño y dachshunds) y chi pins (chihuahueños y pinschers miniatura).

"Las jóvenes los meten en sus bolsas para impresionar, un poco como cuando los machos enormes tienen pitbulls para parecer rudos", asegura Bunten.

En un estudio publicado por The Journal of the American Veterinary Medical Association en 2010, se encontró que es más factible que los hispanos tengan mascotas a las que no esterilizan ni castran, que las personas de otras razas y orígenes étnicos, un factor que parece estar contribuyendo a la superabundancia de chihuahuas en Estados Unidos.

En Hollister, California, donde aproximadamente 66 por ciento de los habitantes es latino, se ha dado una "caída significativa" en la cantidad de chihuahuas desde la promulgación, en 2010, del bando por el que se obliga a la esterilización o castración de los perros.

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El condado de Maricopa en Arizona, donde los refugios acogen a más animales que ningún otro condado además del de Los Ángeles, está discutiendo asociarse con una de las estaciones de radio en español más populares de Phoenix, La Campesina, para divulgar el mensaje de que esterilizar a los perros "es parte de la responsabilidad de tener una mascota", refirió Melissa Gable, una portavoz de atención y control de animales del condado.

El condado también está a la mitad de una campaña de tres años, con un costo de 6 millones de dólares, para evitar que haya animales en situación de calle, concentrándose en los chihuahuas, pitbulls y gatos, que son los animales que se encuentran más comúnmente en sus refugios (y a los que se les aplica eutanasia). El esfuerzo implica tratar de incrementar las adopciones y esterilizaciones gratuitas, dijo Bretta Nelson, una vocera de la Sociedad Humanitaria de Arizona.

Los chihuahuas son nerviosos por naturaleza, ladran a menudo y fuerte, y, como la mayoría de los perros, muerden cuando perciben agresión, aun si el agresor es un bebé que le agarra la cola o una pata. Son "perritos con actitud de perrotes", señala Gable.

Los 11 agentes de la dependencia cubren un área de 23 mil 890 kilómetros cuadrados, desde una oficina en Mesa a otra en el oeste de Phoenix, donde se presenta la mayor proporción de perros callejeros, quejas por mordidas de perro y perros en áreas de las escuelas, dijo Gable. Ahí es donde el sargento Jason True de atención y control de animales encontró a un chihuahua errante el otro día.

El perro – de raza mixta con pelambre color arcilla, sin placas o chip de identificación – había seguido a un grupo de niños a la escuela Alta Vista en la avenida North 31 esa mañana, pero, al parecer, ninguno de los niños sabía de dónde había salido. El ingeniero encargado de las instalaciones escolares, Michael Scott, afirmó que encontrar "algún tipo de chihuahua" en el campus "es algo común".

True abrió despacio la puerta del cobertizo de mantenimiento y el perro respondió con un aullido ensordecedor antes de correr a lamerle las manos.

"¿Listo para irnos, monstruo?", le preguntó True, colocando al perro en una de las perreras en la parte trasera de su camioneta para hacer el viaje hasta el refugio, donde guardarían al callejero y docenas de otros chihuahuas en un cuarto con aire acondicionado, escuchando música clásica, mientras esperan que alguien los adopte.

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