Tixtla, un municipio sin campañas ni propaganda

TIXTLA.- La propaganda electoral no existe. Ninguno de los nueve candidatos a la gubernatura del estado ha subido hasta este municipio. Las oficinas del Instituto Nacional Electoral (INE) fueron clausuradas por los pobladores. Las oficinas de los partidos están cerradas y saturadas con pintas contra los comicios. Los aspirantes a la alcaldía no pueden hacer campaña.

En este ayuntamiento de poco más de 37 mil habitantes, donde se consumó la Independencia de México, el proceso electoral del próximo 7 de junio no tiene validez, al menos para los movimientos sociales opositores a los comicios.

Mientras el Comité Promotor del Concejo Popular Municipal en Tixtla realiza actos públicos y amaga con el boicot a los comicios, los candidatos del PRD y del PRI a esa alcaldía, Hossein Nabor Guillén y Saúl Nava Astudillo, realizan campaña a través de Facebook y, en el mejor de los casos, en casas de pobladores con 10 o 20 personas, pero no hacen mítines, ni están sus rostros en las calles.

Tixtla no tienen anuncios electorales en paredes ni postes; pocos se ven en el transporte público.

Los promotores del autogobierno en el municipio tienen todo el respaldo de los maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), de los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, del Comité de Estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) y de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias Policía Comunitaria (CRAC-PC).

"Vamos por un gobierno del pueblo. Los partidos y los políticos ya no tienen cabida en Guerrero. Son los responsables de la tragedia que vive el estado", afirma uno de los voceros del Comité Promotor del Concejo Popular.

Pero los mismos pobladores de esta cabecera municipal –con 37 comunidades y que está a 30 minutos de Chilpancingo– también han optado por negar la instalación de centros de votación en sus casas.

Los postes del municipio lucen sin pendones de plástico con propaganda electoral. No se observa ni una barda pintada en apoyo a alguno de los candidatos. Las mantas hablan del boicot al proceso y de avanzar hacia un concejo popular.