CIUDAD DE MÉXICO. La candidata del PRI-PVEM a la jefatura delegacional en Miguel Hidalgo, Laura Ballesteros hizo un llamado a los vecinos indecisos, a que conozcan su proyecto, el cual ha ido encaminado por una campaña limpia y propositiva.
"Aquí no nos gusta la guerra de lodo y los pleitos de cantina, los vecinos de la Miguel Hidalgo quieren servidores públicos que prueben su honestidad en cada acción y que demuestren conocimiento de la delegación", señaló.
Recientemente, Ballesteros Mancilla denunció a Xóchitl Gálvez, la abanderada del PAN, por la guerra sucia llevada en su contra debido a su crecimiento en las preferencias, comenzando con una impugnación presentada ante el Tribunal Electoral del DF (TEDF) por un militante activo de Acción Nacional y que fue rechazada por improcedente; y seguido por el rumor de que declinaría a favor del candidato del PRD, David Razú.
Ante esto, el presidente del PVEM, Carlos Madrazo, dice que "la candidata Ballesteros está más fuerte que nunca, demostrando que tiene propuestas, conocimiento de la Delegación Miguel Hidalgo y los vecinos la ven como opción real y viable".
Según la más reciente encuesta publicada por Consulta Mitofsky, la candidata para la jefatura de la delegación Miguel Hidalgo, Laura Ballesteros Mancilla, se encuentra en empate técnico con la representante del PAN, Xóchitl Gálvez, y se preveé que en el transcurso de esta semana la rebase.
En días anteriores, las encuestas han variado significativamente, algunas han señalado al perredista David Razú como el líder de la contienda y otras a Xóchitl Gálvez; sin embargo, dichas consideraciones no han contemplado al más de 21 por ciento de los votantes que aún no han definido su voto.
"Ese 21 por ciento o más de ciudadanos será el que definirá una elección, en la que el candidato puntero puede ir a menos de 6 por ciento de las dos candidatas que le siguen, de acuerdo con los márgenes de error de esas mismas", dijo Laura Ballesteros.
Según la representante de la alianza PRI-PVEM, esto se ha omitido con la finalidad de que la gente crea que las cosas ya están definidas y así, provocar la resignación de los votantes.