MONTERREY.- El recuento de los primeros 100 días, que se cumplen hoy, del primer gobierno independiente en la historia de Nuevo León y de México, a cargo de Jaime Rodríguez Calderón, arroja para los neoloneses un sentimiento de inconformidad, desilusión, lentitud, indecisión y de tener una administración que opera con más pena que gloria.
Las promesas incumplidas, el nombramiento de funcionarios que son criticados porque podrían incurrir en conflicto de interés y decisiones que afectan al bolsillo de los ciudadanos, como la eliminación del Metro gratis los domingos, son acciones que han empañado el inicio de la gestión del El Bronco.
Jesús Cantú Escalante, director de la sede Monterrey de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey (EGTP), dice que el inicio de este gobierno ha sido "lento y muy titubeante".
Lamentó la falta de rumbo. "Llama la atención que a poco más de tres meses, que son los 100 días, más los cuatro meses de transición, ni siquiera se ha podido transmitir claramente cuáles serán las prioridades de este gobierno", mencionó.
Cantú agrega que las promesas del Bronco, como otorgar transporte gratuito a los estudiantes, eliminar la tenencia vehicular y cancelar el proyecto de Monterrey VI, se hicieron sin saber si eran viables. "Simple y sencillamente se prometieron cosas en la lógica de ganar votos", indicó.
Señaló que el discurso de este gobierno se ha concentrado en el problema financiero y el combate a la corrupción, pero en esos temas tampoco se han presentado denuncias concretas.
Para Cantú, estos primeros 100 días de gobierno del Bronco han pasado con más pena que gloria."No podemos hablar de gloria. Yo creo que el gobierno hasta hoy no puede señalar un logro claro, ni siquiera decirnos cuál es el rumbo, hacia dónde vamos", sostiene.
Para Marco A. Pérez Valtier, socio del despacho Pérez Góngora y Asociados, el Bronco se ha quedado corto en sus promesas de ahorro del gasto público. "Prometió un ahorro de mil 600 millones de pesos al suprimir gastos de publicidad y de entre 5 mil y 6 mil millones al suprimir los moches que se piden al licitar obras públicas. Se habló también de que iba a haber un ajuste fuerte al personal, pero la realidad es que el presupuesto del 2016 no refleja nada de esto", indica el economista.