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El déjà vu de 'Monchito', el niño del terremoto del 85

Luis Ramón Nafarrete Maldonado fue un niño al que brigadistas y voluntarios buscaron día y noche incluso varios días después del temblor del 19 de septiembre en una vecindad del Centro Histórico, pero que jamás encontraron.

La esperanza de encontrar con vida a una niña en los escombros de la escuela Enrique Rébsamen tras el terremoto del pasado martes hizo recordar tristemente la historia de 'Monchito' en el temblor de 1985.

El caso de esta niña se ha convertido en uno de los símbolos del terremoto y a esta hora se mantiene la esperanza de encontrarla con vida, de hecho a las 5 de la mañana se tuvo la más reciente prueba de ello.

Hace 32 años tras el terremoto de 1985, trascendió que un niño había quedado atrapado en una vecindad de la calle Venustiano Carranza 148, en el Centro Histórico.

El niño, con el apodo de 'Monchito' se volvió uno de los símbolos de aquel terremoto y las labores para rescatarlo fueron noticia mundial.

Según menciona Carlos Monsiváis en el libro No sin nosotros: los días del terremoto (Ediciones Era, 2005), el padre de 'Monchito', Mauricio Nafarrete, aseguraba que su hijo Luis Ramón Nafarrete Maldonado estaba vivo entre los escombros.

La familia Nafarrete Maldonado, proveniente de Cozumel, llegó días antes del sismo a la Ciudad de México; se dirigían a Zihuatanejo, pero hicieron una escala en la capital para pasar la noche en la casa del abuelo materno de Monchito, Luis Maldonado.

Supuestamente el niño se quedó a dormir en la recámara de su abuelo, donde estaban cuando la vecindad cayó, explicó El País en su crónica Monchito, el rescate imposible.

Cuando el padre de Luis Ramón dijo que su hijo estaba vivo era ya 2 de octubre y parte de la población ya no tenía esperanza de encontrar a nadie con vida, pero Monchito captó la atención tanto de los brigadistas como de los medios nacionales e internacionales.

A partir de ese momento, los soldados, policías, marinos, voluntarios, integrantes de la Cruz Roja y rescatistas de Francia, Argelia y Estados Unidos trabajaron sin descanso.  

Personajes como el tenor Plácido Domingo, el entonces embajador de Estados Unidos en México, John Gavin, el jefe de prensa y el fotógrafo del cantante Julio Iglesias y hasta una santera de Michoacán acudieron al lugar.

"Monchito se comunica –dicen voceros extraoficiales– por golpes en las losas. Está bocarriba y mueve manos y pies. 'el niño está vivo. Su corazón late dificultosamente, pero todavía late', declara el doctor Francisco Mercado, de los Servicios Médico del Departamento del Distrito Federal (DDF)", describió Monsiváis.

Durante una semana, las personas trabajaron por sacar con vida al niño y su abuelo. Sin embargo, veinte días después del terremoto, los rescatistas detuvieron la búsqueda. 

"En la madrugada del domingo (9 de octubre) los equipos pesados dejaron de trabajar y abandonaron la zona. Voluntarios y vecinos ocuparon inmediatamente los escombros y proseguían con picos, palas y una indomable esperanza las tareas del rescate", detalló El País.

Ese mismo día fueron hallados los restos de Luis Maldonado, el abuelo de Monchito, Los voluntarios llegaron al cuarto donde presuntamente estaba el niño, pero lo único que encontraron fue una caja fuerte con 12 millones de pesos, que era propiedad del dueño de una tienda de telas que se derrumbó junto con la vecindad.

Según Monsiváis, el dirigente de la operación de rescate, Adolfo Gómez Ibarra, aseguró días antes que Monchito era un invento creado por su padre para sacar una caja fuerte con 25 millones de pesos.

Cuando se detuvieron las labores de los brigadistas, la familia Nafarrete Maldonado se fue de la Ciudad de México.

"Los trabajos fueron desde el principio un engaño (...) Yo lo afirmé desde el primer momento, sin pretender caer en ninguna profecía: jamás existió prueba alguna de que bajo los escombros hubiera vida. Jamás hubo aquí el famoso último sobreviviente. Tampoco encontramos el cuerpo de Monchito. Ahora sí, creo que todo fue una farsa", afirmó Gómez Ibarra.

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