CIUDAD DE MÉXICO.- El negocio del Cártel de Sinaloa va más allá de una persona: florece, crece y continúa como una aceitada maquinaria.
En la última década, los gobiernos de México y Estados Unidos han decomisado, destruido e interceptado embarques de droga sinaloenses que ascienden a más de 20 mil millones de dólares, sin que una pérdida colosal como ésta —que habría enviado a la quiebra a cualquier otra empresa— hubiera detenido las operaciones de la organización delictiva, liderada por Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada.
Decomiso tras decomiso, plantío tras plantío, la compañía criminal más famosa funciona como productora y exportadora eficiente, pese a los esfuerzos de las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, revela una base de datos elaborada por El Financiero con cifras de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Procuraduría General de la República y la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
Se tomaron registros de decomisos de drogas, destrucción de plantíos y detención de delincuentes por parte del Ejército Mexicano desde 2006 a finales de 2015, así como intercepciones de embarques de la Patrulla Fronteriza estadounidense de 2011 a 2015. Los datos resultantes fueron cruzados con el precio de distintas drogas en el mercado estadounidense, según fuentes académicas, gubernamentales y periodísticas: es un rango que va desde los 53 mil dólares que alcanza el kilo de heroína y los 25 mil dólares el de metanfetamina, hasta un millón de dólares por la tonelada de mariguana.
Para evitar mezclar las cifras con datos de otros cárteles, se circunscribió el área geográfica bajo análisis a los estados en los que el Cártel de Sinaloa posee, de acuerdo con la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA), presencia dominante: Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua al oeste de Ciudad Juárez y Durango.
Desde 2006, el Cártel de Sinaloa ha perdido 12 mil toneladas de mariguana en operativos del Ejército. También 109 toneladas de metanfetamina, 45 de cocaína y 1.5 de heroína. Al mismo tiempo, le han sido arrasadas a fuego y con herbicidas 252 mil hectáreas de plantíos de amapola y cannabis, de los que se podrían haber producido hasta 14 toneladas de heroína y 226 de mariguana.
Esto equivale a 2 mil 500 kilómetros cuadrados. O toda la Ciudad de México y la ciudad de Puebla juntas. O tres veces y medio el tamaño de Nueva York. Esa es la extensión de los plantíos que este cártel ha tenido en la última década.
La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ha hecho lo suyo. Al revisar los decomisos en los sectores de esta agencia al oeste de El Paso y hasta San Diego –una región en la que los corredores de la droga están controlados por este grupo criminal— se reporta la intercepción de dos mil 500 toneladas de mariguana y seis de cocaína desde 2011. Son cifras que no incluyen las pérdidas que podría tener la organización delictiva ya al interior de territorio estadounidense.
Destaca el potencial de ganancias que dejó de percibir el cártel, pese a lo cual siguió adelante y en franca expansión. Los cálculos, empero, sólo son aproximaciones al ser un mercado clandestino.
Algunos detalles: de mariguana, con la tonelada comprada a millón de dólares, se han confiscado en México 12 mil 384 millones de dólares. De cocaína, mil 215 millones. De heroína, 2 mil millones. De metanfetaminas, 2 mil 725 millones. Si se suman las cifras de las autoridades fronterizas Estados Unidos, el total se acerca a 20 mil millones.
Además, al Cártel de Sinaloa le abunda la mano de obra: la PGR ha detenido a 67 mil personas vinculadas al narcotráfico en estados con influencia de este cártel desde 2006, de acuerdo con los registros consultados. Todo un ejército frente al que palidecen prácticamente todas las corporaciones de seguridad del país, con excepción de las Fuerzas Armadas.
