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Talibanes se retiran de Kunduz al norte de Afganistán

En la medida en que las fuerzas del gobierno han recuperado el control de Kunduz, se han producido enfrentamientos en Ghazni, una ciudad de la provincia ubicada al sur de Kabul sobre la Carretera Uno, la arteria principal entre la capital y Kandahar, la mayor ciudad del sur del país.

KABUL. Los talibanes dijeron que estaban retirándose de la ciudad de Kunduz, en el norte de Afganistán, para proteger a civiles, pero que los combates continuaban en otras partes del país, donde soldados del gobierno luchaban para reabrir la carretera principal al sur de la capital, Kabul.

Los islamistas insurgentes han perpetrado una ola de ataques en Kabul y otros lugares desde la retirada el año pasado de soldados mayormente extranjeros, lo que culminó en la captura de Kunduz en una ofensiva cuidadosamente orquestada a fines del mes pasado.

Aunque los talibanes sólo controlaron la ciudad por tres días, los enfrentamientos entre los militantes y las fuerzas de seguridad afganas continuaron por dos semanas, lo que llevó a que decenas de miles de residentes buscaran seguridad en provincias vecinas.

En la medida en que las fuerzas del gobierno han recuperado lentamente el control de Kunduz, se han producido enfrentamientos en Ghazni, una ciudad de la provincia ubicada al sur de Kabul sobre la Carretera Uno, la arteria principal entre la capital y Kandahar, la mayor ciudad del sur del país.

Las fuerzas de seguridad repelieron un ataque de cientos de talibanes en Ghazni, pero los combates continuaron en pueblos cercanos y la carretera fue bloqueada, dejando a muchas personas atrapadas en medio del intercambio de fuego.

"Hay cientos de autos, autobuses varados en el área de Nawrak de Zabul desde ayer por la mañana", dijo por teléfono el viajero Sayed Abdullah.

"Rogamos al gobierno y a los talibanes que nos dejen volver a Kandahar o ir a Ghazni. Hay muchas mujeres y niños", agregó.

Las fuerzas de seguridad afganas han luchado por contener la insurgencia, que ha desbaratado las esperanzas de una transición tranquila después de que la OTAN se retiró de casi todas las operaciones de combate el año pasado y ha aumentado la presión sobre el presidente Ashraf Ghani.

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