Mundo

Selva panameña guarda un último suspiro de Escocia independiente

En las entrañas de Panamá sobrevive Caledonia, una colonia fundada para dominar el comercio entre los océanos Pacífico y Atlántico, tras una aventura que inició en 1698 y que terminó en tragedia.

CALEDONIA. Unos años antes de renunciar a su independencia, Escocia hizo una apuesta audaz para asegurarse un futuro más brillante, la fundación de una colonia en el istmo de Panamá para dominar el comercio entre los océanos Pacífico y Atlántico.

La aventura emprendida en 1698 terminó en tragedia, lo que ayudó a empujar a Escocia a la unión política con Inglaterra y formar el Reino Unido. Pero si hubiera tenido éxito, los escoceses no tendrían necesidad de votar en el referéndum sobre su independencia en septiembre próximo.

Bautizada con el nombre del golfo donde actualmente se unen Panamá y Colombia, el Proyecto Darién estuvo paralizado, en un principio por la mala planificación y la oposición inglesa.

En menos de dos años, las enfermedades y los ataques desde el imperio español acabaron con más de la mitad de los dos mil 800 colonos escoceses, y la colonia fue abandonada.

Una sombra de ella permanece en la bahía conocida localmente como Puerto Escocés, donde escoceses fundaron la colonia de Nueva Caledonia con un grupo inicial de mil 200 personas.

"Ahora no hay nada allá, nada", dijo Amalio Hackin, de 47 años, un antiguo residente de Puerto Escocés y miembro de los kuna, un pueblo indígena que en 1700 luchó junto con los escoceses contra los españoles, que en ese entonces era el poder colonial dominante en América Central.

En lugar de la conversación de voces escocesas, sólo el zumbido estridente de las cigarras se puede escuchar en la selva plagada de mosquitos, donde los escoceses una vez soñaron con la construcción de una ciudad, Nueva Edimburgo.

Los manglares y marismas han devorado el sitio. Entre telarañas, palmeras gigantes y marañas de enredaderas que llenan la selva, meras insinuaciones de viviendas olvidadas aparecen en los claros.

Después de que la colonia fracasó, Escocia firmó en 1707 el Acta de Unión con Inglaterra, canjeando la independencia por derechos compartidos en negociaciones comerciales, representación en Westminster y dinero, en gran parte para compensar a los accionistas afectados por el proyecto de Darién.

Pocos discuten seriamente que la votación sobre independencia convocada para el 18 de septiembre por el separatista Partido Nacional Escocés (SNP por sus siglas en inglés), actualmente al frente del gobierno regional descentralizado de Escocia, implique el mismo riesgo que la colonia de Darién.

Pero eso no ha impedido que algunos que critican al SNP invoquen al espectro de Darién para advertir sobre los peligros de la independencia, a la que todos los principales partidos en el Parlamento británico se oponen.

El tiempo, y Escocia, han cambiado, dice el SNP.

"Escocia tiene una larga historia de perspectiva abierta, de aventura, de nación emprendedora, y el episodio Darién es parte de esa historia. Pero hemos recorrido un largo camino desde los días del colonialismo del siglo XVII", dijo un portavoz de Humza Yousaf, ministro de asuntos exteriores del gobierno del SNP.

'Llave del universo'

En 1979, los arqueólogos descubrieron reliquias de la colonia, incluyendo herramientas, balas de mosquete y un pozo. Pero la selva pronto recuperó el sitio.

Hoy en día, incluso en Caledonia, un pueblo de chozas de bambú en una isla a pocos kilómetros de la costa, los locales Kuna no saben cómo sus antepasados se fueron con los escoceses.

Sentados en hamacas, ancianos de Caledonia confundieron Edimburgo con Hamburgo, no estaban seguros de dónde es Escocia y rieron ante una descripción de las faldas escocesas.

Pero el jefe de Caledonia, Aristóteles Cabu, y los ancianos, escucharon con atención la historia de por qué vinieron los escoceses.

"Gracias a Dios que los mandó a casa", dijo finalmente Cabu, de 71 años. "Las cosas hubieran sido diferentes aquí", agregó.

El autor intelectual de Darién fue William Paterson, un escocés que jugó un papel fundamental en la fundación del Banco de Inglaterra en 1694.

Un año más tarde, Paterson ayudó a crear la Compañía de Escocia para África y las Indias buscando que la colonia fuera una "puerta de los mares y la llave del universo" para un país golpeado por crisis económica, el hambre y restricciones inglesas a su comercio.

Inversionistas ingleses fueron participantes de la empresa en un principio. Pero, preocupado de que esto pudiera dañar los intereses comerciales de Inglaterra y causar malestar de España, el rey Guillermo III los presionó a retirarse.

Su oposición enfureció a los escoceses, cuya corona pero no el parlamento, se unió a Inglaterra en 1603.

Sin embargo, Paterson era un vendedor astuto y la Compañía de Escocia levantó 153 mil 448 libras de los inversionistas, desde terratenientes hasta comerciantes, dijo Douglas Watt, autor de "The Price of Scotland", un libro del 2007 sobre Darién.

Aunque la suma no llegó a la cantidad prometida en un principio, fue probablemente alrededor del 20 por ciento de la riqueza líquida de Escocia en ese momento, añadió Watt.

La riqueza está ausente en Caledonia, parte de una Kuna semiautónoma. El agua corriente es limitada, la electricidad llegó hace un año y los inodoros son agujeros que dan al mar.

Muerte y enfermedad

Los problemas comenzaron incluso antes de que los escoceses salieran de su país rumbo a Darién, con la Compañía de Escocia pagando demasiado por los buques y la pérdida de una gran suma por fraude. En el momento en que llegaron los primeros cinco buques, las enfermedades ya habían cobrado decenas de vidas.

La comida era escasa y resultó difícil el comercio de la tela, ropa y otros bienes que trajeron los escoceses. Los ataques españoles se agregaron a sus problemas.

El Rey Guillermo dio el golpe final al ordenar a colonias inglesas cercanas que nieguen cualquier asistencia a los escoceses. En junio de 1699, los agotados supervivientes abandonaron Nueva Caledonia. Muy pocos de ellos vieron Escocia otra vez.

Para algunos estudiosos modernos como Watt, el esquema de Darién fue "infinitamente optimista" y nunca hubiera tenido éxito.
"Fue el lugar equivocado. Escocia era una potencia menor, no tenía el poder naval para controlar zonas de América Central. Y todo el capital fue puesto en esta aventura", dijo. "Es uno de los primeros ejemplos de un gran fracaso corporativo."

Otros expertos tienen una visión diferente.


Helen Paul, una historiadora económica de la Universidad de Southampton, dijo que muchas empresas coloniales enfrentaron dificultades similares y que Darién habría superado las dificultades si Guillermo III no hubiera hundido el proyecto.

Ahora, sus últimas huellas están desapareciendo. En el 2011, el Congreso de Panamá cambió el nombre de Puerto Escocés a Puerto Inabaginya en honor a un héroe kuna de una aldea más cercana a la ciudad de Panamá. Pero no consiguió el apoyo de Caledonia.

"Es una política sucia", dijo Apolonio Arosemena, secretario del pueblo de Caledonia. "El nombre correcto es Puerto Escocés".

También lee: