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Papa Francisco pide perdón a víctimas de abusos sexuales de sacerdotes en Chile

SANTIAGO.- El papa Francisco admitió sentir dolor y vergüenza por los abusos sexuales de miembros del clero a menores en Chile, por lo que pidió perdón y se comprometió a apoyar a las víctimas para que no se vuelvan a repetir los hechos que han golpeado al país.

En un acto en el palacio presidencial de La Moneda, donde fue recibido por la mandataria socialista Michelle Bachelet, el pontífice entregó su primer mensaje al país, marcado por un mea culpa, en un intento por enmendar la credibilidad de la Iglesia Católica.

"No puedo dejar de manifestar dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia", dijo Francisco durante su alocución ante autoridades de los diferentes poderes del Estado chileno.

"Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir", agregó.

Poco después, en un acto con integrantes del clero y laicos consagrados, Francisco los exhortó a enfrentar la realidad en tiempos de turbulencias y a tener el valor de pedir disculpas.

"Sé que a veces han sufrido insultos en el metro o caminando por la calle; que ir vestido de cura en muchos lados se está pagando caro", dijo en la Catedral de Santiago. "Pidamos a Dios, nos dé la lucidez de llamar a la realidad por su nombre, la valentía de pedir perdón".

La disculpa del primer Papa latinoamericano se conoce en un ambiente crispado por las críticas contra un obispo chileno nombrado por Francisco y acusado de proteger a Fernando Karadima, un poderoso sacerdote señalado por reiterados abusos sexuales contra menores.

Los escándalos han encendido algunas de las movilizaciones planeadas contra la presencia del pontífice, que llegó el lunes a Chile para una visita de cuatro días, en los que se dirigirá no solo a los fieles más fervientes, sino también a indígenas e inmigrantes que piden un trato más justo en un país donde la desigualdad es un persistente flagelo.

El primer Papa latinoamericano, que nació en Argentina con el nombre de Jorge Bergoglio y vivió cerca de un año en Chile durante su juventud, también destacó en su primer mensaje que no se puede perder la capacidad de "escuchar" en un país donde la pluralidad étnica, cultural e histórica exige ser custodiada.

"Es preciso escuchar a los parados, que no pueden sustentar el presente y menos el futuro de sus familias; a los pueblos originarios, frecuentemente olvidados y cuyos derechos necesitan ser atendidos y su cultura cuidada", dijo el líder católico.

En su discurso también hubo palabras hacia los inmigrantes, que "llaman a las puertas de este país en busca de mejora" y de apoyo hacia los estudiantes para "sentirse protagonistas de Chile".

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Vigilia desde la madrugada

Miles de feligreses chilenos y de países vecinos esperaron desde temprano el martes para escuchar el primer mensaje masivo que entregará el Papa en la capital.

Desde la madrugada, miles devotos acamparon con sacos de dormir, frazadas y termos en el Parque O'Higgins, uno de los mayores pulmones de Santiago, para escuchar la primera misa masiva del Papa, a la que se calcula asistirán 400 mil personas.

"Partimos súper temprano, viajamos desde San Francisco de Mostazal (al sur de Santiago), llegamos a las cuatro (de la madrugada) a la entrada del Parque. Llegamos hasta aquí y no nos hemos movido más", dijo Angelina Soto, 67 años, dueña de casa, quien vino con su hija y hermana.

Esta es la segunda visita de un Papa al país mayormente conservador. Juan Pablo II estuvo en 1987, en las postrimerías de la dictadura de Augusto Pinochet, una época marcada por violaciones a los derechos humanos y la pobreza.

Pero ahora Francisco visita una nación que busca lograr el matrimonio igualitario, igualdad para las mujeres, respeto a la identidad de género y a la inmigración, a través de iniciativas impulsadas por la presidenta socialista Michelle Bachelet.

En Chile, los católicos son poco más de la mitad de la población frente a los tres cuartos de hace dos décadas, según un sondeo de Latinobarómetro, lo que se ha visto reflejado en una menor asistencia de personas a los recorridos del papamóvil en comparación con las visitas a otros países.

Poco antes del comienzo de la eucaristía, agrupaciones y minorías realizaron una marcha por "los pobres" y para quejarse de los casi 17 millones de dólares que cuesta la visita de Francisco. La policía disolvió la marcha no autorizada, en que hubo unos 20 detenidos.

"Muchos de nosotros hemos sido católicos. Pero nos sentimos defraudados. Sentimos que es un iglesia abusiva, discriminadora, intolerante y no aceptamos que las platas del Estado sean usadas en una visita que reviste carácter de religioso", dijo Víctor Robles, activista de un movimiento de minorías sexuales.

En la antesala de los actos de este martes, dos capillas en la sureña zona de Cunco, en la región de la Araucanía, fueron destruidas, mientras otra parroquia en Santiago también fue atacada, las que se sumaron a las cinco iglesias que sufrieron daños la semana pasada.

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