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EU pasará mucho frío otra vez… y sí, culpen al calentamiento global

Las severas olas de frío invernal serán más recurrentes y una prueba de ello llegará al territorio estadounidense los próximos días.

Debido a que el mundo se está calentando, también se está volviendo más frío.

Por descabellado que suene, hay una explicación en la esquina más septentrional del planeta, donde las temperaturas están aumentando dos veces más rápido que en cualquier otro lugar. Eso afecta las corrientes en chorro que atraviesan la atmósfera superior y dan como resultado olas de frío invernal más inusuales.

Las temperaturas que descendieron a principios de enero en el sur de Estados Unidos trajeron nieve y hielo, hasta congelar ciudades como Birmingham, en Alabama, y Oxford, en Mississippi, que no están acostumbradas a esas condiciones. Otra ola de frío que se espera para el próximo fin de semana puede empujar las lecturas a más de 15 grados Fahrenheit (8 grados Celsius) por debajo del promedio de la parte norte-centro del país.

Los episodios más frecuentes y persistentes de clima severo o inusual para la estación estarán presentes en el futuro de casi todo el mundo si continúa el rápido calentamiento del Ártico, según nuevas investigaciones. En pocas palabras, habrá menos años en que "el clima sea solo promedio", dijo Valerie Trouet, profesora asociada de la Facultad de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Universidad de Arizona. "Las posiciones más extremas de la corriente significan un clima más extremo".

La razón: el cambio climático está reduciendo la brecha entre las temperaturas del Polo Norte y las del sur, debilitando los vientos en la atmósfera superior y creando condiciones que impulsan sus corrientes de formas nuevas e inusuales.

La corriente en chorro del Atlántico Norte se ha movido excepcionalmente hacia el norte o hacia el sur con mayor frecuencia desde la década de 1960 que en cualquier momento en los últimos 300 años, según un estudio en coautoría de Trouet y publicado en la revista Nature Communications. Esta es la primera investigación que utiliza datos climatológicos obtenidos de anillos de crecimiento de árboles para reconstruir siglos de patrones de viento.

La temperatura atmosférica promedio sobre el Ártico el año pasado fue la segunda más alta, después de 2016, desde 1900. Las lecturas fueron 2.9 grados Fahrenheit por encima del promedio de 1981 a 2010, según un informe patrocinado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.

La cantidad de hielo marino en el verano ártico ha disminuido en más del 30 por ciento en las últimas décadas. Esto ha expuesto más agua y suelo abiertos, que absorben calor y aceleran el calentamiento. El cambio ha estado sucediendo más rápidamente que los modelos computacionales proyectados; para las próximas décadas se está considerando la probabilidad de temporadas de verano completamente libres de hielo alrededor del polo.

Las frías temperaturas de este invierno y las imágenes de lugares inverosímiles cubiertos de nieve, como el desierto del Sahara, por ejemplo, han servido como soporte para las personas que dudan del calentamiento global como un fenómeno. Pero ese clima tan salvaje podría terminar persuadiendo a los escépticos, dijo Jennifer Francis, profesora de investigación en la Universidad Rutgers de Nueva Jersey, que ha escrito sobre los cambios en las corrientes en chorro.

Una condición meteorológica extraña e inquietante "es una herramienta increíblemente efectiva para que el público comprenda mejor cómo el clima los afectará", dijo Francis. En otras palabras, cuando se forman carámbanos en tu piscina en Houston, simplemente sabes que está pasando algo.

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