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Elección reflejará fuerza política del voto evangélico en Brasil

Tanto la presidenta Dilma Rousseff, como Marina Silva –devota evangélica pentecostal- han aprovechado la oportunidad de hacer discursos ante multitudes de fieles evangélicos.

RIO DE JANEIRO.- Cuando los brasileños acudan a las urnas este domingo, con sus votos podrán elegir no sólo formaciones políticas y candidatos civiles, sino además "obispos, misioneros o pastores", apelativos para los candidatos evangélicos que combinan su actividad política con la religiosa.

La influencia de las iglesias evangélicas ha crecido en los últimos años en Brasil, tanto en número de fieles como en la progresión de su brazo político y mediático, según cifras del país, donde 22 por ciento -27 millones de votantes- del electorado se declara evangélico.

Aunque el país sudamericano sigue siendo la nación católica más grande del mundo, con 123 millones de fieles, la progresión de los evangélicos ha sido extraordinaria: si en 2004 eran apenas 15.4 por ciento de los brasileños que se declaraban evangélicos, hoy son 22.2 por ciento, una cifra equivalente a 42.3 millones de personas.

Su voto, además, suele estar mucho más articulado y presenta mayor uniformidad que el católico, más disperso entre ideologías políticas, lo que lo convierte en extremadamente importante para los candidatos.

Con estas cifras, que servirían de por sí para hacer a un candidato presidente, ni la presidenta Dilma Rousseff, ni por supuesto Marina Silva –devota evangélica pentecostal- han perdido la oportunidad de hacer discursos ante multitudes de fieles evangélicos en esta campaña.

"Recen por mí" o "dedíquenme una oración" son eufemismos que los "pastores" evangélicos con aspiraciones políticas lanzan a los fieles en los templos, donde la ley brasileña impide la campaña política.

Por otro lado, tampoco han querido empantanarse en debates en torno a tres cuestiones éticas que son prioritarias para esta rama del cristianismo: familia, aborto y matrimonio homosexual.

"Nuestra principal exigencia es que el candidato esté de acuerdo con la defensa de la familia tradicional, la prohibición del aborto y de los matrimonios entre personas del mismo sexo", explicó Lelis Washington Marinho, presidente del Consejo Político de la Convención General de las Asambleas de Dios.

No es sólo que en un país donde el aborto está criminalizado y el matrimonio gay fuera de la ley, abrir un debate sobre estos temas pueda suponer una pérdida inmediata de millones de votos evangélicos, es que generalmente la sociedad brasileña tiene un perfil ético en estas cuestiones similar al de estos fieles, según sondeos.

Así, 79 por ciento de los brasileños se muestra contra el aborto, pese a que cada año se practican clandestinamente un millón en el país, mientras 53 se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo.

La influencia de estas iglesias evangélicas, en especial de las ramas pentocostal y neopentecostal, surgidas en el siglo XX en Estados Unidos y Brasil, se articula a través de decenas de templos por todo el país, redes de televisión y, representantes en la vida política.

El mejor quizá sea la neopentecostal Iglesia Universal del Reino de Dios, fundada y dirigida por el "obispo" Edir Macedo, un brasileño de 69 años de edad que viaja en avión privado y tiene una fortuna estimada en mil 200 millones de dólares.

Controla un conglomerado de televisoras bajo el grupo Rede Record y, prueba inapelable de su pegada financiero-política, es que inauguró en Sao Paulo hace unas semanas el Templo de Salomón, una imponente y lujosa estructura con capacidad para 10 mil personas valorada en 300 millones de dólares y a cuya inauguración asistió Rousseff.

Aunque Brasil ya tuvo dos líderes protestantes (Joao Café Filhop y Ernesto Geisel), las opciones de Silva –seguidora de la pentecostal Asamblea de Dios- de ser la primera presidente evangélica es quizá el ejemplo más claro de la aceptación y fuerza de esta corriente del cristianismo dentro de la política brasileña, pero no es el único.

Datos públicos indican que en el Parlamento brasileño 74 diputados forman parte de grupos políticos abiertamente evangélicos que defienden intereses de esta confesión, desde la exención de impuestos a sus iglesias hasta la oposición al aborto, y la cifra podría alcanzar el centenar en estos comicios.

Con 270 "pastores" candidatos al Parlamento en las próximas elecciones del 5 de octubre, 40 por ciento más que en 2010, los evangélicos tienen unos 10 mil cargos públicos en los municipios brasileños, según datos del Foro Evangélico Nacional de Acción Social y Política.

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