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El "desamor" de los franceses por Macron tras 100 días de llegar al poder

Aunque se han cumplido varias promesas de campaña, en las encuestas, el mandatario cae en picada, pues solo 36 por ciento de los franceses se dicen satisfechos con su labor.

PARÍS.- Emmanuel Macron, el exbanquero de 39 años que en mayo se convirtió en el presidente más joven de la historia de Francia, se hunde en los sondeos lastrado por una decepción que va en aumento, 100 días después de su elección.

El semanario británico The Economist lo muestra en su portada caminando sobre el agua, bajo el título "¿El salvador de Europa?", pero en las encuestas, el mandatario francés cae en picada: solo 36 por ciento de los franceses se dicen satisfechos con su labor, frente a 62 por ciento hace tres meses, según Ifops.

"Macron frente al desamor de los franceses", titulaba el diario conservador francés Le Figaro.

"Emmanuel Macron sale del estado de gracia para entrar en el ambiente y asumir el precio político de sus arbitrajes", analiza Jérôme Fourquet, de Ifop.

Aunque se han cumplido varias promesas de campaña, como el voto de una ley de moralización de la vida política tras los escándalos que salpicaron la campaña electoral, otras medidas, como las que buscan limitar el déficit, han indignado a los franceses.

Los funcionarios, por ejemplo, se muestran descontentos con su remuneración, mientras que los jubilados están molestos con un impuesto que reducirá sus pensiones. Las familias más modestas, que han visto como se reducían sus ayudas, también están en desacuerdo.

Además, la renuncia del jefe del Estado Mayor del Ejército tras el anuncio de recortes presupuestarios en Defensa ha tensado las relaciones con los militares.

BASE ELECTORAL FRÁGIL

El recientemente creado partido de Macron, "La República en Marcha", logró en junio la mayoría en la Asamblea Nacional, pero la poca experiencia de sus disputados ya ha sido criticada.

La base electoral del presidente francés más joven de la historia, elegido frente a la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, parece frágil y su línea centrista, con un programa "de izquierda y de derecha", es atacado por todos bandos.

"Todavía no se ha hecho nada difícil", advirtió uno de los pesos pesados de la oposición conservadora, Eric Woerth, mientras que los socialistas critican un programa "ni de izquierda ni de derecha".

Cada uno mide "el alcance de la labor que se tiene que hacer", pero estos 100 días "han permitido establecer las bases de una profunda transformación de nuestro país", replicó el portavoz del Gobierno, Christophe Castaner, en una tribuna publicada el domingo en Facebook.

El otoño se anuncia movido con la reforma prevista del código de trabajo, con cambios a favor de las empresas. Dos sindicatos ya convocaron acciones para el 12 de septiembre.

UNA PAREJA ATÍPICA

En el plano internacional, el mandatario francés ha tenido en cambio más éxito y ha sabido imponerse a dos gigantes de la diplomacia mundial, Vladimir Putin y Donald Trump, a los que recibió en París, a pesar de las críticas.

Ferviente proeuropeo, Macron se muestra cómplice con la canciller alemana, Angela Merkel, y espera poder impulsar una Unión Europea, desgastada por el Brexit.

Su posicionamiento "pragmático" sobre el conflicto en Siria o su propuesta de crear centros para migrantes en Libia fueron acogidos no obstante con más reserva.

La comunicación, muy preparada, en torno al presidente, que genera un gran impacto mediático, puede tener su contrapunto negativo.

El riesgo es "que los franceses pasen progresivamente del 'es brillante y consigue todo lo que emprende' a 'de hecho, todo esto, es comunicación'", señala Jérôme Fourquet.

La pareja atípica que forma con su mujer Brigitte, de 64 años, parece en cambio gustar más a los franceses, muchos de ellos fascinados por la primera dama. Tal vez por eso las camisetas "Brigitte", que una marca de moda comercializa en su honor, se han vendido mejor que las que llevan el nombre de "Beyoncé".

 
   

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