Monterrey

¿Y si liberan el precio de la energía eléctrica igual que lo hicieron con las gasolinas?

OPINIÓN. Por si usted no lo sabe, amable lector, la Secretaría de Hacienda es la que siempre ha fijado los precios de la energía eléctrica, bajo un criterio de “Robin Hood”, ya que prácticamente “regala” la luz a los hogares de bajo consumo, pero castiga a los hogares de alto consumo.

La reforma energética transformó a PEMEX y a la CFE en Empresas Productivas del Estado (EPE), lo que implica que dejan de ser Empresas Públicas con enfoque y beneficio social, para pasar a ser empresas que operan con fines de LUCRO, que deben buscar maximizar sus utilidades.

Es decir, el Gobierno se mete formal y legalmente de EMPRESARIO, a competir directamente con el sector privado, sin embargo, si consideramos que ambas empresas nacieron como MONOPOLIOS estatales, sin que nadie pudiera competirles en el mercado nacional, obviamente que se desarrollaron con una serie de ineficiencias operativas y de sobrecostos, como por ejemplo sindicatos costosos y obesos, que difícilmente, de la noche a la mañana, pueden adelgazar y eliminar añejas ineficiencias, al grado de que realmente puedan competir con empresas del sector privado.

En el caso de PEMEX, la sombrilla de protección que le diseñó el Gobierno Federal, fue la denominada Ronda Cero, donde por "Dedazo" se le asignó (léase regaló) a esta empresa, casi el 85 por ciento de las zonas potencialmente más promisorias y valiosas en materia de nuevos desarrollos petroleros, por lo que las rondas uno y posteriores, licitaron las áreas restantes, no tan atractivas y potenciales como las asignadas a PEMEX, para que esta empresa tuviera oportunidad de seguir operando SIN COMPETIR.

Sin embargo, estas asignaciones a PEMEX permanecen bajo el régimen fiscal de pago de Derechos, el cual mantiene la exacción fiscal de dos terceras partes del ingreso de PEMEX, por lo que así el Gobierno Federal se garantiza también mantener la mayor parte del ingreso petrolero que tradicionalmente ha venido percibiendo, por lo que realmente la "Apertura" sólo se dio en áreas marginales, pues la dependencia de las finanzas públicas en ingresos petroleros, no se puede eliminar de golpe.

En cuanto al precio de las gasolinas, la "Apertura" y la liberalización de precios, es prácticamente inoperable, dado que los ductos para internar el combustible importado son propiedad de PEMEX, así como las instalaciones para almacenarlo, que por cierto, no llegan a TRES DÍAS de consumo, lo que plantea serios problemas e inconvenientes para el potencial competidor.

Sin embargo, aprovecharon muy bien esta reforma para subir dos pesos el precio del litro de gasolina, legislando un impuesto fijo, de pesos por litro, eliminando la fórmula que podía arrojar un impuesto negativo, garantizándose así un ingreso superior a los 200 mil millones de pesos.

En el caso de la CFE, la sombrilla de protección consistió en que las actividades de Transmisión y Distribución se siguen reservando al Estado, así como el servicio de suministro básico, por lo que solo se liberalizó la generación de energía eléctrica y la venta a grandes consumidores.

Por si usted no lo sabe, amable lector, la Secretaría de Hacienda es la que siempre ha fijado los precios de la energía eléctrica, bajo un criterio de "Robin Hood", ya que prácticamente "regala" la luz a los hogares de bajo consumo, pero castiga a los hogares de alto consumo, con una tarifa muchísimo muy superior a su costo de producción.

Esta "Economía Ficción" en materia de precios, también se aplica al campo, a molinos de nixtamal y a otros usuarios, subsidiando los precios a los cuales se les vende la energía eléctrica.

¿Cree usted que es posible avanzar con esta política de precios de libre mercado y "liberalizar" los precios de la energía eléctrica eliminando los subsidios a los hogares de bajo consumo?

Ojalá no los tiente el demonio, porque les incendian el país.

El autor es especialista en estudios económicos y de finanzas públicas. Actualmente ocupa el cargo de Socio Economía en Pérez Góngora y Asociados.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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