Monterrey

Sube el desempleo en Nuevo León en el primer semestre del año

OPINIÓN. El empleo en el sector informal se creció en 12 mil 600 individuos en el primer semestre, llegando a 490 mil personas, lo que constituye más de la quinta parte (21.4 por ciento) del empleo total en la entidad.

Durante el primer semestre de 2016, el número de desempleados
en Nuevo León se incrementó en 5 mil 414 personas, lo que significa un aumento del 5.7 por ciento, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), elaborada por el INEGI.

Como consecuencia, la mayoría de las tasas que miden el desempleo en la entidad se incrementaron en el primer semestre de 2016.

La tasa de desocupación, que representa el porcentaje de la población que se encuentra sin trabajar, pero que está buscando trabajo se subió de 4.0 a 4.2 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) de la entidad.

La tasa de ocupación parcial y desocupación, que mide el porcentaje
de la población económicamente activa que se encuentra sin trabajar, pero que está buscando trabajo, más la ocupada que trabajó menos de 15 horas en la semana de referencia, se incrementó de 9.8 a 10.5 por ciento de la PEA en el periodo de referencia.

La tasa de condiciones críticas de ocupación, que incluye la población
ocupada que trabaja menos de 35 horas a la semana, más la que trabaja más de 35 horas semanales con ingresos inferiores al salario mínimo y la que labora más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos, pasó de 3.8 a 4.7 por ciento de la PEA en el primer semestre.

Pasando a las buenas noticias, el empleo también se elevó durante
el primer semestre del año.

El número de trabajadores ocupados llegó a 2 millones 290 mil en el segundo trimestre, lo que representa un aumento de 0.7 puntos porcentuales.

La categoría laboral que más se incrementó fue la de los patrones o empleadores, que creció 15.1 por ciento, llegando a 85 mil 400 personas en el segundo trimestre.

En cuanto al empleo por sectores, el que más creció fue el sector
terciario, con la creación neta de 21 mil 600 plazas en el periodo de referencia.

De este sector, la rama que más se incrementó fue la de hoteles y
restaurantes, en la que se crearon más de 20 mil plazas, lo que significa
un crecimiento de 15.2 por ciento.

Sin embargo, hubo otras ramas que registraron disminuciones en la ocupación, como los servicios profesionales, financieros, corporativos
y aquellos relacionados con servicios públicos y gubernamentales.

El empleo en el sector secundario, que incluye la industria en sus diferentes manifestaciones, registró un crecimiento marginal de 0.2 por ciento en el primer semestre.

Otro sector "dinámico" en el primer semestre de 2016 fue el sector informal, entendido como todas aquellas actividades económicas
que operan a partir de los recursos de los hogares, pero sin constituirse como empresas con una situación identificable e independiente de esos hogares.

El empleo en el sector informal se creció en 12 mil 600 individuos en el primer semestre, llegando a 490 mil personas, lo que constituye más de la quinta parte (21.4 por ciento) del empleo total en la entidad.

CONTINÚA ESTANCAMIENTO DEL PIB
El producto interno bruto (PIB) de la economía mexicana creció a una tasa anual de 2.5 por ciento en el segundo trimestre de 2016.

Con este resultado, el crecimiento promedio registrado en los 14
trimestres de la administración en Enrique Peña Nieto se ubicó en 2.1 puntos porcentuales.

El bajo crecimiento de la economía tiene efectos adversos en la
creación de empleos, los niveles de ingreso, reducción de la pobreza
y, en última instancia, en el bienestar de la población.

El magro dinamismo de la economía también tiene efectos políticos,
como quedó demostrado en las elecciones en algunos estados de la República ocurridas en el pasado mes de junio, en las que el PRI recibió un "voto de castigo" por parte de la ciudadanía y tuvo sendos fracasos en entidades clave como Quintana Roo, Aguascalientes,
Chihuahua, Puebla Tamaulipas.

El gobierno de Peña Nieto, de origen priísta, deberá instrumentar
políticas destinadas a estimular el crecimiento de la economía
en el mediano plazo, so pena de pagar el precio en las próximas
elecciones presidenciales de 2018, tal y como ocurrió en Nuevo
León con su candidata a la gubernatura hace poco más de un
año.

* El autor es economista de la UANL, con Doctorado en la Escuela de Graduados de Administración y Dirección de Empresas (EGADE) del ITESM. Es profesor de la Facultad de Economía de la UANL y miembro del SNI-Conacyt.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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