Monterrey

¿Creceremos más que el año pasado? Probablemente no

OPINIÓN. Si bien la economía continuó con un buen dinamismo en el primer trimestre del año, cabe la posibilidad de que en el futuro la economía comience a crecer a un menor ritmo que en el 2015.

Esta semana el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) publica el indicador del IGAE, proxy mensual del Producto Interno Bruto (PIB), para el mes de abril. La economía en el primer trimestre del año superó las expectativas y creció 2.6 por ciento en su comparación anual, después de un crecimiento anual en el 2015 de 2.5 por ciento. Como comparativo, las economías estatales de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas registraron el año pasado crecimientos de 6 por ciento, 3.1 por ciento y 1.9 por ciento, respectivamente (si no consideramos el petróleo, la economía de Tamaulipas se expandió 3.3 por ciento). La economía nacional sigue sustentada del robusto crecimiento del consumo privado, que impactó en un aumento anual de 3.7 por ciento en el sector de servicios. Sin embargo, el sector industrial aumentó apenas 0.4 por ciento anual arrastrado por una caída importante en el sector minero (que incluye la producción petrolera) y un crecimiento mediocre de la industria manufacturera (reflejo del menor dinamismo de la producción industrial estadounidense impactando las exportaciones nacionales). Pero, ¿podemos esperar un mayor crecimiento hacia adelante? Es muy probable que no, analicemos por qué.

El motor de la economía durante el último año y medio ha sido el consumo privado, derivado principalmente, de una inflación baja, del crecimiento robusto del empleo formal y del sólido flujo de las remesas provenientes de los Estados Unidos. Sin embargo, a diferencia del año pasado, ya vemos un mayor impacto de la persistente depreciación del tipo de cambio sobre los precios al consumidor. Es probable que esto se refleje en una desaceleración en el consumo privado hacia adelante.

En el primer trimestre del año el sector industrial creció apenas 0.4 por ciento anual, arrastrado por una caída del sector minero de 3.3 por ciento (la producción del crudo continúa cayendo) y de un crecimiento muy débil del sector manufacturero de 1 por ciento anual. Es probable que el sector manufacturero (sobre todo el de bienes intermedios) continúe deprimido ya que la producción industrial en los Estados Unidos no termina de repuntar. Por otro lado, el sector de la construcción aumentó 2 por ciento anual en el mismo periodo como consecuencia principalmente del crecimiento de la construcción residencial, pero esperemos una desaceleración en la no-residencial (que incluye infraestructura pública y otros proyectos de inversión importantes) a raíz del impacto del recorte del gasto público.

Así, si bien la economía continuó con un buen dinamismo en el primer trimestre del año, cabe la posibilidad de que en el futuro la economía comience a crecer a un menor ritmo que en el 2015. Una inflación que comienza a repuntar, un sector manufacturero que continúa deprimido, una plataforma de producción de crudo que continúa cayendo y el menor dinamismo del gasto público en proyectos de infraestructura hacia adelante contribuirán a un menor ritmo de crecimiento económico.

* El autor es consultor económico y académico, tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera por la Universidad de Essex en el Reino Unido, y una Licenciatura en Economía por el ITESM (campus Monterrey)

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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