Monterrey

Aprender a aprender

OPINIÓN. La adaptabilidad y flexibilidad del modelo educativo permite la adopción en el diseño curricular de las necesidades de la región.

Vivimos en una época en donde la tecnología nos alcanza muy rápido.
El nuevo smartphone, la televisión inteligente, incluso relojes que se sincronizan para hacer nuestra vida más sencilla, suelen ser cosas del diario vivir. Pero, ¿nos hemos preguntado alguna vez si el desarrollo de nuestras capacidades va a la par de dichos avances tecnológicos? ¿Tenemos la habilidad de enfrentar los avances acelerados y satisfacer las exigencias de este mundo globalizado?.

Cada década trae consigo grupos nuevos de generaciones que comparten características relacionadas con la forma en que afrontan los retos de la actualidad. Hoy en día, existen tres generaciones conviviendo laboralmente, requiriéndose encontrar un equilibrio entre Baby Boomers (nacidos entre las década de los 30's y los 60's), la Generación X (nacidos entre la década de los 60's y 80's) y los Millennials (adultos menores de 35 años), quienes hoy en día forman una gran parte del capital humano de toda actividad económica. Estos Millennials y la próxima generación, tienen ante sí un panorama mucho más desafiante que los jóvenes que fuimos hace algunas décadas.
¿Tendrá el más de millón y medio de jóvenes por egresar el próximo ciclo escolar del nivel medio superior las habilidades que demanda el mercado para insertarse exitosamente al campo laboral?.

Las competencias solicitadas hoy en día por las empresas distan mucho de lo que antes se necesitaba. Cuando antes se privilegiaba el conocimiento por sobre el entendimiento, hoy lo importante es aprender a aprender.

La necesidad de renovar al individuo a través de la educación y dotarlo de capacidades de razonamiento y pensamiento creativo, tiene como fin insertarlo exitosamente en una actividad productiva, que a su vez genere valor a su comunidad o región y que esto contribuya al aumento de la competitividad del país, es a lo que nos enfrentamos hoy en día.

Así surge el planteamiento del análisis del Modelo Educativo 2016, que refleje en su construcción, esta necesidad de renovación y cambio, en donde se incluye como principal línea de acción la integración de habilidades socioemocionales que le permitan a la persona desarrollar su potencial de análisis y adaptabilidad.

Singapur, quien por quinto año consecutivo consigue el segundo lugar en el Índice de Competitividad de entre 140 países, es líder en educación superior y capacitación para el trabajo. Es una de las economías más consistentes de todas, debido a su visión de aumento de la calidad de vida de su gente a través de la educación. Como parte de las acciones para lograrlo, promueve la participación activa del sector productivo dentro de los comités de asesores del sistema educativo, quienes proveen asesoría acerca de las necesidades de las industrias y las tendencias, así como nuevas ideas para el desarrollo de los cursos y el currículo educativo.

La colaboración entre instituciones para llevar a cabo proyectos donde, a través de plataformas para el entrenamiento de estudiantes, se desarrollen capacidades laborales.

La educación es un factor que fortalece la expansión del potencial de crecimiento económico de un país. La Secretaría de Educación Pública está poniendo particular atención en México a la mejora de las habilidades transversales, a través de la consolidación de este Nuevo Modelo Educativo 2016, que plantea el desarrollo de las capacidades de pensamiento crítico y aquellas que le permitan al individuo mejorar su adaptabilidad ante los cambios que la sociedad y la economía presente.

Según el Censo Económico de 2014, en el sector de manufactura en Nuevo León contrató a 8.3 por ciento de personas con respecto al total nacional. Un sector que ya demanda una transformación del capital humano para que pueda responder a los cambios que se avecinan en la industria y que requerirá a mucho más de la población egresada de educación técnica.

La adaptabilidad y flexibilidad del modelo educativo permite la adopción en el diseño curricular de las necesidades de la región, siendo este un componente que definirá a futuro la forma de inserción del capital humano en los cambiantes escenarios económicos que se nos presenten.

* El autor es Contador Público con Maestría en Economía y Doctorado en Ciencias Políticas. Ha sido Secretario de Educación de Nuevo León y actualmente es Director General del CONOCER.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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