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Del amor al Buró de Crédito, hay un paso

Dicen que el amor lo puede todo, pero no dura para siempre. Compartir créditos en pareja conlleva no sólo una posible dificultad en caso de ruptura, sino también eleva el riesgo potencial de ser fiscalizados por el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

CIUDAD DE MÉXICO.- Se dice que el amor todo lo soporta, pero difícilmente sobrevive al endeudamiento.

Prestar la línea de crédito a la pareja es una práctica muy usual, que de acuerdo con Ángel González, presidente de la Organización Nacional de la Defensa del Deudor, ocurre en aproximadamente cuatro de cada diez casos. Sin embargo, en ocasiones uno de los integrantes puede quedarse "colgado" con las deudas, si el otro se 'hace de la vista gorda' con los pagos de la deuda contraída en pareja.

Este fenómeno es común y puede terminar con el romance, o convertirse en una deuda unilateral al finalizar una relación.
"Es más común entre parejas informales como novios o concubinos, pero también se da entre esposos que comparten gastos", dijo González en entrevista.

Anakani Ocampo, coordinadora de promoción de posgrados empresariales de la Universidad Panamericana (UP), señaló que aún cuando haya mucho amor, o se trate de una pareja casada, es recomendable que cada quien tenga su propia tarjeta de crédito.

"Para efectos de no tener problemas con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), cada uno debe de tener su propia tarjeta y líneas de crédito separadas, aún cuando se tenga una cuenta de ahorros común", indicó.

Verónica Porte Petit, directora de Educación Financiera de Banamex, señaló que el crédito es personal e intransferible. "Se da por ciertas características personales, en cuanto al historial y la confianza que una persona genera con su forma de pago, por lo que si se transfiere esa confianza -que claramente no está permitido-, se pone en riesgo el historial crediticio, la confianza y la capacidad de acceder a nuevas alternativas de crédito o a otros instrumentos financieros", precisó en entrevista con EL FINANCIERO.

Pedro Ponce, docente del área de negocios de la Universidad del Valle de México (UVM), campus Lomas Verdes, explicó que la responsabilidad del pago es del titular del crédito, ya sea que el tercero pague o no.

"El principal problema viene con la Reforma Financiera, ya que a partir de este año, el SAT cruza información de ingresos y egresos y el foco rojo para Hacienda es cuando hay una discrepancia de ingresos en la tarjeta que tienen que ser comprobados".

AHORRO, NO DEUDA

Una relación de pareja saludable debe compartir expectativas, incluyendo las financieras.

En este sentido, Ponce expuso que lo mejor es establecer una comunicación directa, ya sea que se hable de un noviazgo no formalizado o un matrimonio. "Es importante que ambos tengan un buen nivel de educación financiera, porque si llega a haber enojo por la decisión de no prestar el crédito, es probable que no se pueda platicar de otras expectativas a futuro", abundó.

Tener metas de ahorro, más que gastos compartidos, es lo ideal en una relación de pareja.

"A veces no dimensionamos el compromiso en el tiempo que tiene un crédito y se nos olvida que esto puede ser una merma en nuestro presupuesto familiar durante ese periodo. Hay que identificar si se tiene la capacidad para pagarlo durante todo el tiempo que dure el financiamiento", puntualizó Porte Petit.

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