Mercados

Irak, 'talón de Aquiles' de la OPEP

Irak se transformará en el obstáculo más probable que enfrente la OPEP en la reunión de la OPEP a finales de septiembre. La primera medida del nuevo ministro del Petróleo, Jabbar Al-Luaibi, fue solicitar a las empresas BP, Shell y Lukoil, que reactiven los planes de inversión y eleven la producción.

Cuando los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se reunieron por última vez con Rusia para acordar un congelamiento de la producción, en abril, Arabia Saudita se opuso al acuerdo porque no participaba Irán.

En esta ocasión, ambos países podrían ser más complacientes, pero es probable que la piedra con la que ahora se tropiece sea Irak.

Los miembros de la OPEP están planificando una reunión informal en Argelia para fines de septiembre, donde posiblemente se retomarán las discusiones sobre el congelamiento.

En abril, los saudíes se opusieron a limitar la producción a menos que Irán hiciera lo mismo. No es sorprendente que, dado que estaba elevando su producción tras el levantamiento de las sanciones, Irán haya rechazado la propuesta y los saudíes se hayan retirado.

Las cosas ahora son diferentes. La producción saudí repuntó, alcanzando un récord de 10.67 millones de barriles diarios el mes pasado, según cifras oficiales. Eso es casi 450 mil barriles de petróleos diarios más que el nivel de enero, en el cual se basó el último acuerdo fallido.


Arabia Saudita estaría dispuesta a adoptar este número como un techo, al menos temporalmente. Después de todo, la demanda interna comenzará a bajar, de acuerdo con su patrón estacional normal para septiembre. El congelamiento de la producción en un punto estacional alto es mucho más atractivo que durante la baja estacional.

La producción de Irán también se ha incrementado. Está a punto de llegar a los niveles previos a las sanciones. Teherán anunció que no contemplaría un congelamiento hasta recuperar la producción total.

Irán aún no está dispuesto a aceptar un límite mientras su vecino Irak y su rival Arabia Saudita sigan incrementando su producción. Sin embargo, los fundamentos de su oposición han disminuido.

Irán está resuelto a llegar a 4 millones de barriles diarios hacia fines de septiembre y, si su producción alcanza un punto donde no puede crecer más sin una inversión significativa y un plazo muy extenso, podría, solo podría, acordar un congelamiento para poner en evidencia a los saudíes.

De esta manera, Irak se transforma en el disidente más probable. Prácticamente, la primera medida del nuevo ministro del Petróleo, Jabbar Al-Luaibi, fue solicitar a las empresas del sector que operan en el sur del país, entre ellas BP, Shell, Lukoil y CNPC, que reactiven los planes de inversión que se les ordenó aplazar a principios de este año y eleven la producción.

Los resultados no serán inmediatos, pero podrían llegar lo suficientemente pronto para entrar en conflicto con cualquier compromiso asumido por Irak de congelar la producción en el nivel actual.

Nigeria, a su vez, se resistirá al congelamiento de la producción en su nivel actual, que cayó en cerca de 500 mil barriles diarios de petróleo desde enero por un sabotaje en la región del delta del río Níger.

Un alto al fuego temporario por parte del grupo militante Vengadores del Delta del Níger, quienes asumen la responsabilidad de la mayoría de los ataques, permitiría a las empresas recuperar parte de dicha producción.

Rusia, uno de los artífices de la reunión de abril, también muestra cautela ante el riesgo de una repetición del bochorno ocasionado por los saudíes la última vez, de manera que jugará sus cartas cuidadosamente.

Esto no detendrá a otros en la OPEP de continuar promoviendo la idea de un congelamiento. Tampoco evitará que el precio del petróleo repunte ante cada indicio de acuerdo, sin importar lo absurdo que sea.

Simplemente no espere despertar a fines de septiembre en un mundo en que la OPEP y Rusia hayan llegado a un acuerdo confiable en cuanto a un límite a la producción.

También lee: