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Mal de Chagas, el asesino silencioso de América Latina

En México hay un millón de infectados y sólo 0.5 por ciento recibe tratamiento. Muchos de los portadores se encuentran en fase crónica sin saberlo, por lo que pueden sufrir un infarto súbito o daños irreversibles a los órganos afectados.

CIUDAD DE MÉXICO. El mal de Chagas es la enfermedad parasitaria que más mata en el continente americano, pues sólo 0.5 por ciento de los portadores recibe tratamiento, ya que muchos se encuentran en fase crónica sin saberlo.

El investigador y responsable del programa de chagas para Latinoamérica de la Drugs for Neglected Diseases initiative (DNDi), Eric Stobbaerts, dijo que Brasil, Argentina y México son los países con más casos, pero en Bolivia hay la mayor incidencia con comunidades en las que 70 por ciento de su población está infectada.

"En México hay un millón de infectados y sólo 0.5 por ciento recibe tratamiento. Muchos de los portadores se encuentran en fase crónica sin saberlo", alertó el experto.

Explicó que el chagas es la enfermedad tropical transmisible de mayor prevalencia en América Latina, con una carga mayor a la del paludismo y a la generada en las américas por todas las otras enfermedades tropicales en su conjunto.

A su vez, el infectólogo del Hospital General de México, José Luis Romero, explicó que la "chinche besucona" es un vector que tiene en su tubo intestinal las formas parasitarias y las evacua junto con la materia fecal en el momento en que succiona sangre de un individuo sano.

"Esta materia fecal se deposita cerca de donde la chinche metió la boca para succionar la sangre, y puede ser que el mismo individuo se autoinocule al tallarse o de alguna otra forma se metan los parásitos al orificio. No es por la picadura, sino por la contaminación y ahí empieza la historia de la enfermedad", indicó.

Romero detalló que la chinche gusta de alimentarse de las porciones más delicadas de la piel y de la mucosa, que son la comisura de los labios, la conjuntiva cerca del párpado y el ojo, y la mucosa de la nariz.

En la fase aguda, hay casos en los que se presenta el signo de romaña que es hinchazón en los párpados superior e inferior de un solo ojo, donde pico el vector y eso permite iniciar un tratamiento. En otras ocasiones hay fiebre, náuseas y dolor muscular.

En la mayoría de los casos no hay síntomas y el parásito se instala en el corazón, el esófago, el colón o en otro tejido y evoluciona durante 20 o 30 años a la fase crítica provocando un infarto súbito o daños irreversibles a los órganos afectados, señaló el infectólogo.

Esta enfermedad se puede transmitir también por vía vertical -de madre a hijo-, por transfusiones de sangre o trasplantes de órganos, y por vía oral al consumir fruta triturada junto con las chinches o su materia fecal infectada.

En tanto, el investigador brasileño Eric Stobbaerts, llamó en ese sentido a los gobiernos y a la industria farmacéutica a interesarse más en la prevención, el desarrollo de nuevos medicamentos y en el diagnóstico de esta enfermedad.

Y es que, de acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hay ocho millones de personas infectadas en la región, en tanto que hay aproximadamente 100 millones de personas en riesgo de infectarse, con 56 mil nuevos casos al año por todas las formas de transmisión, y anualmente mueren 12 mil personas por esta causa.

Así, el chagas o tripanosomiasis americana es considerada una enfermedad "silenciosa y silenciada" debido a que en la mayoría de los casos no presenta síntomas, y porque durante muchas décadas sólo afectaba a poblaciones pobres de zonas rurales y semiurbanas.

Sin embargo, la migración y el desarrollo social han llevado esta enfermedad fuera de la zona endémica de este parásito y ahora se le encuentra en varios países de todos los continentes.

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