Financial Times

Opositora buscará acuerdos para Brasil

Un gobierno bajo Marina Silva trataría de llegar a acuerdos comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea, incluso si hubiera resistencia por parte de sus socios en América del Sur, de acuerdo con uno de los principales asesores económicos de la candidata presidencial brasileña.


Un gobierno bajo Marina Silva trataría de llegar a acuerdos comerciales con EU y la UE, incluso si hubiera resistencia por parte de sus socios en América del Sur, de acuerdo con uno de los principales asesores económicos de la candidata presidencial brasileña.

Eduardo Giannetti, un respetado economista y profesor de la escuela de negocios Insper de São Paulo, dijo que Brasil tratará de quitarse de encima las restricciones impuestas por el Mercosur, el bloque comercial sudamericano que también incluye a Argentina y Venezuela, que obliga a todos los socios a aprobar acuerdos comerciales con terceros externos.

"Creo que Brasil no puede seguir teniendo las manos atadas de esta manera por el Mercosur", dijo Giannetti en una entrevista con el Financial Times. "Tenemos que avanzar hacia acuerdos comerciales con otros bloques y si el Mercosur no nos acompaña vamos a tener que encontrar una salida".

Se cree ampliamente que Brasil es uno de los países más proteccionistas del mundo. Las exportaciones de bienes y servicios ascendieron a 13 por ciento de su Producto Interno Bruto entre 2009 y 2013, según el Banco Mundial, que es sólo la mitad de la cifra comparable para China e India. Cualquier intento de forjar acuerdos con economías tan grandes como la UE y EU podrían alterar la arquitectura del comercio global.

Brasil es la economía más grande de América del Sur, pero en el pasado las negociaciones comerciales fuera del continente se han marchitado debido a la resistencia de sus socios del Mercosur. Brasilia está en conversaciones con la UE, pero éstas se han alargado durante años con poco progreso.

Giannetti no dijo cómo Brasil podría superar las objeciones de sus socios del Mercosur, pero dijo que el país más grande de América Latina tenía que comenzar una apertura para atraer la inversión y mejorar la competitividad.

Silva, ex senadora y anterior ministra del Medio Ambiente, se ha disparado a la cima de las encuestas desde que asumió la candidatura del Partido Socialista Brasileño (PSB) hace un mes tras la muerte de su candidato presidencial anterior, Eduardo Campos.

En las últimas semanas, su rival, la actual presidenta, Dilma Rousseff, se ha recuperado y las encuestas de esta semana muestran un empate entre las candidatas. Pero los inversores parecen preferir las políticas de Silva a las de Rousseff, quien ha sido criticada de intervencionismo. La inflación se ha mantenido cercana al rango superior del banco central del 6.5 por ciento durante su gobierno, mientras que la economía entró en recesión en el primer trimestre.

Rousseff culpa a la economía mundial por los problemas de Brasil. Pero Giannetti criticó su manejo de la economía, sosteniendo que Silva volvería a implementar de manera más estricta los exitosos regímenes de metas de inflación de los anteriores gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso. La moneda se dejaría flotar y las exenciones fiscales para las industrias individuales se eliminarían.

El énfasis de Silva se centraría en mejorar la educación y el respeto al medio ambiente sin la irresponsabilidad fiscal, dijo Giannetti.

Silva se ha comprometido a aumentar el gasto en educación hasta alcanzar el 10 por ciento del Producto Interno Bruto desde el 6 por ciento que representa ahora y a incrementar el gasto en salud al 10 por ciento del presupuesto federal.

Pero estas promesas se cumplirían gradualmente, ya que la responsabilidad fiscal sería lo primero, dijo Giannetti. La primera tarea del gobierno sería la de realizar "ajustes" para que el presupuesto vuelva a tener un superávit antes del pago de intereses. Esto se haría sin recurrir a lo que él llama la "contabilidad creativa" del actual gobierno, por ejemplo, utilizando un bono por firmar único por la venta de campos de petróleo para equilibrar el presupuesto.

Un gobierno bajo Silva aboliría los subsidios a los precios del combustible, dijo Giannetti, que a su vez estimularía las industrias de energía verde de Brasil, tales como la generación de electricidad a partir de la quema de bagazo de caña de azúcar y la energía eólica.

El banco central tendría más libertad con la introducción de mandatos fijos para los miembros del consejo, en lugar de la política actual en la que son nombrados por el presidente sin ninguna garantía de permanencia.

Cualquier shock positivo resultante de la reducción de la inflación conduciría a largo plazo a tasas más bajas, que a su vez liberarían más dinero para el presupuesto a partir de la reducción de los pagos de intereses sobre la deuda pública, dijo Giannetti. El economista calcula que una reducción de uno por ciento en las tasas de interés liberaría 25 mil millones de reales en el gasto del presupuesto.

Sostuvo que "Bolsa Família", el exitoso esquema del gobierno de estipendios mensuales para los pobres a cambio de enviar a sus hijos a la escuela, no se eliminaría. Al contrario, se fortalecería con programas para proporcionar a los beneficiarios con habilidades laborales que podrían utilizar para mejorar sus ingresos y "emanciparse" para no tener que depender de la asistencia de forma indefinida".

La evidencia del pasado muestra que Brasil puede hacer ajustes presupuestarios difíciles sin consecuencias terribles, dijo Giannetti. El mentor de Rousseff y ex presidente, Lula da Silva, tomó medidas contra la inflación cuando él llegó al poder en 2003, reduciéndola de manera incisiva desde 12.5 por ciento. Pero el precio de no corregir la inflación y la posición fiscal sería que Brasil podría perder su calificación de grado de inversión y tal vez causaría una crisis, agregó.

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