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Dueños de Homex, Urbi y Geo pierden ‘hasta la casa’

Tras concluir los procesos de concurso mercantil que enfrentan Geo, Homex y Urbi, sus fundadores Luis Orvañanos, Eustaquio de Nicolás y Cuauhtémoc Pérez Román, respectivamente, perderán ‘hasta la casa’, luego de la crisis del sector vivienda, pues las firmas serán controladas por los acreedores.

Luis Orvañanos, Eustaquio de Nicolás y Cuauhtémoc Pérez Román, fundadores de Geo, Homex y Urbi, respectivamente, perderán 'hasta la casa' tras concluir los procesos de concurso mercantil que enfrentan, luego de la crisis que observó el sector vivienda.

Estos empresarios no sólo tendrán que dejar sus cargos directivos, sino que perderán el control accionario de las compañías que fundaron hace casi 30 años, luego de que sus acreedores se queden con las que hace una década eran las mayores constructoras de vivienda de interés social en México.

En su mejor momento, Geo alcanzó un valor de mercado de 36 mil 899 millones de pesos en febrero de 2007, mientras que en septiembre de 2013, cuando dejó de operar, valía apenas 920 millones de pesos. La empresa de Orvañanos llegó a vender más de 59 mil casas en un año y a generar ingresos por 20 mil millones de pesos.

En junio de 2015 Geo salió de concurso mercantil, fue la primera viviendera en hacerlo, con un convenio, en el cual los acreedores y la empresa buscarán una capitalización de 3 mil 500 millones de pesos.

El acuerdo de reestructura de Geo establece que la familia Orvañanos, que posee el 14 por ciento de las acciones, termine con menos del 1 por ciento de los títulos. El nuevo consejo de la compañía decidirá si el arquitecto vuelve como miembro del consejo, pero no tendrá poderes ejecutivos.

Los cambios en la política de vivienda, que impulsaron la construcción en polígonos cercanos a las ciudades, devaluaron las reservas de tierra de estas empresas y a esto se sumaron sus elevados niveles de apalancamiento, lo que las llevó a caer en insolvencia de pagos y a una reestructura, explicó un analista bursátil que solía dar cobertura a estas empresas y pidió no revelar su nombre.

En el caso de Homex, la empresa fundada en Culiacán por los hermanos De Nicolás, alcanzó un valor en el mercado de 40 mil 338 millones de pesos en 2008, pero en abril de 2014 tenía un market cap 38 veces menor, de apenas mil 57 millones de pesos.

En 2011, la firma logró colocar 52 mil 486 unidades y generó ingresos por 21 mil 823 millones de pesos, de acuerdo con sus reportes financieros.

Hace 9 años, la familia De Nicolás tenía el 32.9 por ciento de las acciones de la compañía, pero hacia 2014 la redujo a 17.1 por ciento.

Homex emitirá 302 millones de acciones para entregarlas a sus acreedores, con lo que los dueños de la empresa verán diluida significativamente su participación.

Urbi fue la última en empezar su proceso de concurso mercantil, pero se espera que el desenlace sea similar al de sus competidores.

Su concurso mercantil fue aceptado por un juez en Mexicali en enero de 2015 y se espera que esta semana se defina su lista de acreedores, lo que daría paso a la elaboración de un plan concursal y de aprobarse, la empresa de Pérez Román podría salir de su proceso de reestructura al cierre de 2015, revelaron fuentes de la empresa.

A diferencia de Geo, Urbi y Homex, Consorcio Ara, que también cotiza en el mercado y es considerada una de las empresas más importantes del sector, enfrentó la crisis y sobrevivió.

"En 2010, Ara se dio cuenta que el mercado había cambiado y empezó a hacer ajustes a sus productos, a probar mercados nuevos, a cambiar sus mezclas, ha ido evolucionando con sus clientes", comentó Eugene Towle, socio director de Softec.

UNA NUEVA REALIDAD

Hoy, el mercado de vivienda es distinto al que permitió el auge de las vivienderas, cuando la compra de vivienda de interés social seguía una inercia que se vio interrumpida con cambios en las reglas del gobierno, de la demanda, con consumidores más exigentes; nuevas alternativas de financiamiento y nuevos jugadores en el mercado.

"En el pico del mercado en 2006 y 2007, las desarrolladoras ya le estaban vendiendo a jóvenes solteros que buscaban un patrimonio para formar después una familia, hoy esos jóvenes no buscan comprar una casa, y optan incluso por rentar, rompiendo con la inercia que tenía la venta de vivienda de interés social", explicó Towle.

Actualmente, el monto de los créditos es diferente, los esquemas de negocio son distintos y ya no se trata de tener presencia nacional, sino más regional; por lo que las empresas que salgan de las reestructuras tendrán un proceso difícil de adaptación y generación de ingresos, consideró Ricardo Marentes, director general de Aserva Consulting Group.

"Va a ser un proceso de adaptación muy difícil (para las empresas) porque no existen los suficientes cuadros directivos que entiendan el negocio, van a tenerse que crear sus propios cuadros y que conozcan las nuevas condiciones para retomar el crecimiento", dijo.

Las fuentes consideraron que si bien hay expertos en vivienda que pudieran ocupar los cargos directivos que dejarán los fundadores de las vivienderas, la tarea no será sencilla y podrían pasar hasta 5 años antes de ver una nueva consolidación de Geo, Urbi y Homex en el mercado.

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