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American Apparel: una quiebra envuelta en sexo, traiciones... y deuda

Este lunes, la minorista fabricante de ropa American Apparel anunció un acuerdo para declararse en quiebra, luego de un largo conflicto entre la compañía y su fundador que incluyó demandas y acusaciones de acoso sexual.

Sexo, dinero, traición: el conflicto entre American Apparel y su fundador, Dov Charney, tiene todos esos ingredientes y más.

Pero ahora, esta historia sensacionalista parece aterrizar en un terreno más acorde a las finanzas: el de los bonos de deuda.

En el toma y daca alrededor de la compañía fabricante de ropa -que abarca las supuestas manías sexuales de Charney, choques administrativos y demandas posteriores- ninguno de los bandos parece tener el control. Excepto los tenedores de bonos.


Eso se hizo visible el lunes, cuando la compañía anunció un acuerdo de declaración de quiebra. De aprobarse en la corte, prestamistas encabezados por fondos como Monarch Alternative Capital, Coliseum Capital y Goldman Sachs cambiarán sus bonos con el fin de hacerse de la propiedad de la minorista tras su reestructura. 

Charney, cuyo 41 por ciento de acciones en American Apparel tenía el viernes un valor de más de 8 millones de dólares, verá cómo pierde su posesión.

"Ahora la compañía es propiedad de los tenedores de deuda", dijo Charles O'Shea, analista que cubre a American Apparel en el servicio para inversionistas de Moody's.

Representantes de American Apparel, Monarch y Goldman Sachs declinaron hacer comentarios sobre el asunto. Coliseum no respondió a una solicitud de información. 

Monarch, que maneja fondos por unos 5 mil millones de dólares, es por mucho el mayor tenedor de bonos de la compañía y pondrá al cofundador de ésta, Andrew Herenstein, a vigilar sus intereses, de acuerdo con gente cercana a las negociaciones.

Se trata de una importante vuelta de turca para Charney, así como para el fondo Standard General, que a principio de año parecía que saldría a rescate del ejecutivo. 

Con algunos movimientos hábiles, Standard General le quitó poder de voto a Charney luego de darle un préstamo y utilizar ese apalancamiento y un poco de rescate financiero para modificar la junta directiva en su favor antes de la caída e la firma.

'TRAICIONADO'
Charney, quien no ha dado declaraciones, aseguró en una demanda que había sido expulsado de la junta debido a que otros ejecutivos de American Apparel querían vender la compañía y sabían que él no lo aprobaría. También alegó que Standar General prometió reinstalarlo y que luego fue "traicionado". 

Tanto American Apparel como Standar General han rechazado las acusaciones.

Charney, originario de Montreal, Canadá, puso en marcha a la firma predecesora de American Apparel durante su primer año en la Universidad Tufts, en Massachusetts. Nunca se graduó y, en su lugar, se mudó a Carolina del Sur, donde empleó a 20 mujeres para hacer playeras en un cobertizo sin aire acondicionado. Una década después trasladó la compañía a Los Ángeles, en busca de mayor capacidad de manufactura.

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ESCÁNDALO SEXUAL
Por años, Charney enfrentó señalamientos de acoso contra sus empleadas, incluyendo una demanda en 2011 en la que una trabajadora lo acusaba de retenerla como esclava sexual.

Aunque las demandas fueron desestimadas o solucionadas mediante arreglos en privado, eventualmente llevaron a la junta a abrir una investigación sobre Charney. Luego de hallar ejemplos de mala utilización de fondos corporativos y de violaciones a las políticas contra el acoso sexual, lo suspendieron en junio de 2014.

Durante una segunda investigación, la compañía compiló un archivo de quejas de empleados por abuso, algunas veces físico. American Apparel hizo oficial su salida en diciembre del mismo año.

Charney, de 46 años, también tenía una inclinación por anuncios que los críticos consideraban pornográficos. Los comerciales de American Apparel frecuentemente mostraban a mujeres jóvenes medio desnudas en posiciones sugestivas. Desde su despido, la compañía ha dicho que fue demasiado lejos al aceptar "desnudos y flagrantes insinuaciones sexuales" bajo la administración de Charney.

Las pérdidas de American Apparel no han hecho más que aumentar desde que la junta decidiera despedir a Charney.  

Aun después de embarcarse en un plan transformador que incluía la modernización de la administración, bajar el tono de su publicidad erótica y cerrar algunas tiendas, las ventas de la compañía cayeron 14 por ciento en la primera mitad del año, mientras que la acción se encuentra en 75 centavos de dólar. 

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